La nueva Directiva de Copyright europea, y especialmente el Artículo 13, no han muerto. Después de las vacaciones veraniegas, la propuesta ha cobrado fuerza y volverá a ser sometida a votación en el Parlamento Europeo; y la cantidad de voces en contra de ella es incluso mayor que la primera vez.
Que las leyes de copyright europeas están obsoletas es un hecho. Fueron creadas cuando tecnologías como Internet estaban en sus inicios o no eran más que ideas en las mentes pensantes de la época; nadie podría haber previsto el tremendo impacto que provocarían en la industria cultural, para bien y para mal.
Aunque acceder a contenido es más fácil que en toda la historia de la humanidad, también es cierto que buena parte de ese contenido es pirateado; y los creadores originales no ven ni un céntimo por su trabajo.
De ahí la motivación de crear una nueva Directiva de Copyright, algo en lo que todo el mundo está de acuerdo; es el contenido de esta directiva lo que ha provocado serias protestas, especialmente entre los internautas y compañías tecnológicas.
Qué es el Artículo 13 y el impuesto al enlace
Los dos puntos más polémicos son el Artículo 13 y el Artículo 11 (llamado “tasa Google” o “impuesto al enlace”). Esta última es bien conocida por los españoles, ya que gracias a ella hemos perdido servicios como Google Noticias; y otros como agregadores de noticias han vivido en los últimos años con la amenaza constante de su cierre. Se trata de un pago obligatorio que tienen que hacer los servicios que enlacen y publiquen extractos de periódicos online.
Pese al enorme fracaso en España (donde los propios medios que fomentaron la ley ahora no la quieren) y en Alemania, algunos políticos europeos afirman que el problema no radica en el pago en sí, sino en la implementación. Algunos piden que el pago vaya a parar directamente a los autores de los textos; otros, que se organice un reparto igualitario en la industria. Pero ninguno explica cómo pretenden hacerlo, ni qué hacer si un autor no quiere semejantes pagos sólo por enlazar.
El Artículo 13 es algo más claro. Aunque eso no significa que se pueda aplicar más fácilmente, ni mucho menos. Este texto obligaría a todos los servicios de Internet que permiten la subida de archivos a implementar un filtro de contenido. La web tendría que detectar el contenido con copyright que suben los usuarios, y bloquearlo; algo parecido a Content ID de Youtube, un sistema imperfecto de uso obligado por la industria discográfica.
Los filtros permitirían censurar Internet
En un principio, estos filtros sólo detectarían material con copyright. Pero muchas voces advierten que, una vez implementados, hay un gran potencial para su mal uso.
La EFF (Electronic Frontier Foundation) estadounidense advierte de que los filtros harían que la censura de Internet fuese “trivial”. Implementar la tecnología es lo difícil; una vez en marcha, sólo haría falta definir qué es lo que se bloquea y qué es lo que no.
En EEUU saben mucho de esto, porque cuentan con la DMCA; la impopular acta de Copyright que da un enorme poder a las empresas para borrar contenido de Internet, y que es abusada de manera periódica entre otras cosas, para borrar críticas.
Un filtro de contenido abriría la puerta a que fuese usado de esta manera.
El Artículo 13 mina la “economía creativa”, según Youtube
Como ya hemos comentado, los filtros que propone el Artículo 13 son muy parecidos a Content ID; el sistema desarrollado por Youtube para detectar contenido con copyright en su plataforma.
Y tal vez el argumento más fuerte contra esta ley viene de la propia Youtube, que sabe muy bien de los problemas que supone un filtro general como este. Robert Kyncl, CBO de Youtube, ha declarado que la nueva ley puede minar la economía creativa, al desalentar o incluso prohibir a las plataformas que alojen contenido creado por los usuarios.
Youtube ha invertido millones de dólares en Content ID, y aún así da problemas a diario, con falsos positivos y encontronazos constantes entre creadores y propietarios de derechos. Una web normal y corriente no tiene la capacidad para desarrollar algo similar, y que funcione mejor.
Es muy posible que muchas webs que ahora permiten compartir contenido, eliminen esa funcionalidad o incluso bloqueen a usuarios europeos; como ya hicieron algunas webs estadounidenses para evitar vulnerar el GDPR.
La ley amenaza la Web Libre
La Wikimedia, y su proyecto más famoso, la Wikipedia, se basan exclusivamente en contenido subido por los usuarios. Una ley dura que controle todo lo que se sube a sus servidores puede ser el final de una de las webs más queridas de Internet.
Para la Wikimedia, el copyright no afecta sólo a libros y a música. También cambia cómo las personas se comunican y crean nuevo contenido en Internet. Cambiar esta ley a la ligera puede tener implicaciones que afecten a generaciones de creadores. Además de a la libre circulación de información en Internet.
El gobierno español apoya la directiva frente a la industria e internautas
El ministerio de Cultura y Deporte ha hecho público su apoyo a la nueva directiva, y ha pedido a todos los eurodiputados españoles que voten a favor de ella.
En cambio, la industria tecnológica española no comparte este entusiasmo. En un comunicado conjunto de la AMETIC (Asociación de tecnológicas), ASGECO (Asociación de consumidores), la Asociación de Internautas y más, se ha rechazado categóricamente la propuesta europea.
Además de las preocupaciones sobre los filtros, el comunicado destaca que la libertad de expresión en Internet se vería perjudicada; además de limitar el derecho de acceso a la información. También afirma que la nueva ley haría que las empresas proveedoras se convirtiesen en jueces, decidiendo qué es lo que se puede compartir y qué no.
Protestas en Internet y presiones a los eurodiputados por la votación del Artículo 13
El pasado julio la nueva directiva no recibió el visto bueno para ser aprobada por la vía “express”. Por eso, la votación se retrasó para que todas las partes pudiesen debatir su contenido.
Mañana, día 12 de septiembre, se votarán las enmiendas que los eurodiputados han presentado en este tiempo, que se cuentan en los cientos. Dependiendo de las enmiendas que se acepten, la directiva puede ser prácticamente la misma, o no parecerse en absoluto a lo presentado. Los artículos 11 y 13 son los más polémicos, y los que se esperan que presenten más debate.
La razón de este repentino interés por las enmiendas ha sido gracias a la reacción ciudadana en la votación de julio; que se ha vuelto a repetir durante estas semanas. La campaña Save The Link ha sido una de las más exitosas; en la web oficial podemos introducir nuestros datos para convencer a los 751 eurodiputados de votar enmiendas contra estos artículos.
Noticias relacionadas
- El nuevo doodle de Google celebra el aniversario del Apolo 11 y la llegada a la Luna
- Cuando veas porno vigila la puerta... y la privacidad: Google y Facebook saben lo que ves
- La muerte de los "likes": Instagram empieza a ocultarlos
- DAZN, el Netflix de los deportes, emitirá los Juegos Olímpicos, Roland Garros, la Fórmula E y más, pero sube el precio