Pantalla de 48 pulgadas en el salpicadero y tablet en el volante, la locura de este SUV eléctrico

El interior de los coches modernos está cambiando a marchas forzadas; los intrumentos y controles tradicionales están siendo sustituidos por pantallas, y por buenos motivos. Con controles físicos, estás limitado a lo que el fabricante decida; pero con una pantalla, las posibilidades de personalización son enormes.

Hay fabricantes que están abrazando esta tecnología, tal vez demasiado fuerte. Las pantallas están conquistando el cuadro de instrumentos, que ahora es digital en muchos modelos; y la consola central ahora está dominada por pantallas que sustituyen a los diales y botones tradicionales. En algunos casos como en el Tesla Model 3, una enorme pantalla domina la consola central y es el único método que tenemos de controlar las opciones de nuestro coche.

Pero hasta el Model 3 se queda corto comparado con lo que estamos viendo en algunos fabricantes. Tal vez el que se lleva la palma es Byton, un fabricante proveniente de China que está llamando mucho la atención por su SUV eléctrico.

El Byton M-Byte, el coche con una gran pantalla en el salpicadero

El M-Byte tiene muchas papeletas para triunfar, empezando porque es un SUV, el tipo de coche más popular de la actualidad. Su diseño moderno es prácticamente futurista, y por supuesto, es eléctrico. Pero la parte en la que realmente destaca es, sin duda alguna, en el diseño del interior.

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El interior está dominado completamente por una gigantesca pantalla ultrapanorámica de 48 pulgadas que domina todo el salpicadero. Desde extremo a extremo, de pilar a pilar, la pantalla parece fruto de una obsesión más que de un intento de resultar útil. Sin embargo, en Byton afirman que esta pantalla sirve para algo más que para presumir.

Y es que Byton se caracteriza por ser tanto un fabricante de coches como una compañía digital. Como tal, tiene su propia plataforma, llamada Byton Life, en la que se ejecutan apps y se pueden conectar nuestros dispositivos inteligentes. La pantalla está pensada para mostrarnos información útil usando esos datos.

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El sistema cuenta con reconocimiento facial, por lo que el coche sabrá siempre quién está conduciendo y quién va de pasajero; basándose en eso, puede mostrar información personalizada, como dónde tenemos que ir para la siguiente entrada de nuestra agenda, por ejemplo, o cómo llegar al cine si queremos ver una película.

El control se realiza por voz, ya que la pantalla está bastante lejos de los usuarios. Es capaz de reconocer a los usuarios por la voz, y será compatible con Alexa. Podremos, por ejemplo, pedir que reproduzca nuestra música y será capaz de reconocernos y reproducir la lista correcta.

Una tablet en el volante, ¿demasiadas distracciones?

Como si una pantalla de 48 pulgadas fuera poco, el Byton tiene tres más, y la segunda es igual de llamativa: está en el volante. Sí, en la parte central del volante, donde normalmente se encuentra el airbag y el logotipo del fabricante, tenemos lo que es básicamente una tablet de siete pulgadas. Desde aquí podemos controlar las funciones básicas del coche sin necesidad de mover la mirada. Por último, en la consola central encontramos otra pantalla más, con funciones parecidas pero también accesibles por el pasajero.

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Es curioso que, pese a ser un festival de pantallas, el interior del Byton M-Byte aún mantenga algunos botones físicos, tanto en el volante como en la consola. Para muchos conductores, los botones físicos siguen ofreciendo una sensación y una respuesta superior; por eso muchos fabricantes los mantienen, sobre todo para funciones que vamos a usar a diario, como el climatizador.

El Byton M-Byte llegará a Europa en 2020, probablemente con gran polémica. No es sólo la cantidad de pantallas, sino la posición y el tamaño de la pantalla principal, que puede llegar a distraer de lo que tenemos delante. El M-Byte no es un coche autónomo, aunque tendrá características de nivel 2 de autonomía como aceleración y dirección automática; pero seguirá requiriendo que prestemos atención a la carretera, algo difícil con tantas pantallas.