Me encantan los coches, pero nunca había tenido la posibilidad de probar uno eléctrico de gama alta durante el tiempo que se merece; especialmente para lo más importante: la diferencia en la experiencia de uso con respecto a un coche de combustión, sobre todo a la hora de repostar. Ahora he tenido la oportunidad de probar un Tesla Model S P100D durante una semana como parte de una prueba de prensa; el tiempo suficiente para engancharme por completo a este vehículo eléctrico, pero también para echarlo mucho de menos.
En este análisis me centraré más en la experiencia de uso y en la parte eléctrica, que en la prueba del vehículo como tal; ya que son las partes que más nos interesan. Sobre todo, creo que es la experiencia de uso, las recargas, y las diferencias de sensaciones y experiencias con respecto a un coche de combustión habitual lo que más puede interesar de cara al futuro de los coches eléctricos, y de hacerse con uno de ellos.
Prueba del Tesla Model S P100D, innovación y tecnología a un precio
En primer lugar, el P100D es la versión de gama más alta del Model S, con un precio superior a los 100.000 €, una cifra que no está al alcance de todo el mundo. Algo que llama la atención cuando nos fijamos en el interior, que aunque sea de gran calidad no parece el de un coche de este elevadísimo precio. Esta es una de las críticas más habituales de este vehículo, pero se compensa con la tecnología punta y el resto de innovaciones que incluye el Model S.
Y si hablamos de innovación y tecnología, tenemos que hablar de la batería del Model S; la autonomía que ofrece se acerca a los 600 km en el modelo de alto rendimiento (610 km en el modelo de gran autonomía), mucho más que cualquiera de sus competidores, al menos en su salida al mercado. Pero, ¿son 600 km de autonomía suficientes para un coche eléctrico? La respuesta corta es un clarísimo sí; pero la respuesta larga entra de lleno en lo que más nos importaba contar sobre este coche, la experiencia de uso.
Cuando uno está acostumbrado a usar coches de combustión, no puede hacerse a la idea de que recargar un coche puede llevar tanto tiempo. Es el aspecto que más dudas genera en torno a la experiencia de uso. Pero tras acostumbrarse al día a día de un coche eléctrico, es precisamente la visita a las gasolineras lo que dejamos de comprender.
Conduciendo un Tesla día a día
El uso general de un coche se divide en dos partes principales: el día a día y los viajes largos. Si nos centramos en lo primero, la visita a la gasolinera se convierte en una complicación. Es algo que tenemos que hacer sí o sí, que se sale de nuestra rutina o supone un tiempo y un recorrido extra.
En cambio, con un coche eléctrico como el Tesla Model S, el uso diario supone que solo tenemos que llegar a casa y enchufar el coche; durante la noche, se cargará para que lo podamos usar con total normalidad al día siguiente. Así será todos los días, sin necesidad de realizar nunca un recorrido extra, ni gastar tiempo en ir a la gasolinera. Es precisamente por eso que, cuando uno se acostumbra a usar un Model S en su día a día, deja de comprender la necesidad de ir a la gasolinera para repostar. Es muchísimo más cómodo llegar a casa y simplemente enchufarlo.
Eso sí, no podemos decir lo mismo si nos encontramos con la necesidad de cargar el coche mientras estamos fuera. En España la extensión de este tipo de puntos de recarga, ya sean públicos o privados, es muy limitada y está bastante descontrolada. Afortunadamente, existen aplicaciones que nos indican dónde encontrar cargadores que sirvan para el Tesla Model S; pero no es raro llegar y descubrir que no funcionan. Incluso podemos encontrarnos puntos de estacionamiento en los que los empleados no están informados sobre el uso de los cargadores, y no saben siquiera cómo activarlos.
El problema de los viajes largos en un coche eléctrico
La historia es diferente en los viajes largos. La mayor parte de coches eléctricos no superan los 200 o 300 km de autonomía. Esto pocas veces es suficiente para hacer un viaje, sobre todo si sumamos el viaje de vuelta. Si se da el caso de que podemos recargar el coche en el destino, al menos nos servirá para volver, siempre y cuando la distancia sea menor que la autonomía del vehículo, por supuesto. Sin embargo, la realidad nos dice que esto no es representativo de todos los casos. Muchas veces la distancia del viaje de ida es mayor a la autonomía del coche, y nos obligará a parar a repostar en el camino.
Pese a que ya existen redes de cargadores en España, estas no están muy extendidas; por lo que a la hora de la verdad nos encontramos con que no hay suficientes cargadores rápidos y eficaces como para cubrir viajes a cualquier destino del país.
Viajando por España con el Model S
Esto cambió mucho con la llegada del Model S y la progresiva instalación de la red de supercargadores de Tesla. Es ésta, junto con la autonomía del Model S, la que nos permite realizar prácticamente cualquier recorrido entre dos ciudades españolas sin problemas. Con esto no quiero decir que los casi 600 km de este vehículo eléctrico sean suficientes para cualquier distancia; pero sí que lo serán si tenemos en cuenta los supercargadores, que nos permiten recargar la batería en muy poco tiempo.
En los viajes largos que he podido realizar en la prueba con este Model S, no he llegado a tener nunca ningún problema relacionado con la autonomía. Siempre he podido hacer los viajes parando en supercargadores, ya que la red Tesla es muy extensa. Una cuestión que suele preocupar mucho entre los que aún no tienen un eléctrico es el tiempo que tardan estos supercargadores; que en principio se decía que iba a ser muy elevado. Para nada es así, en ninguna ocasión se superaron los 30 minutos de recarga, y lo normal es esperar entre 10 y 15 minutos; lo que se tarda en entrar al baño y tomar un café.
Es cierto que la experiencia cambia ligeramente con el menor tiempo que lleva repostar un coche de combustión. Pero con un un pequeño cambio de mentalidad, podremos adaptarnos perfectamente al uso de un vehículo eléctrico.
La aceleración, la gran ventaja de un eléctrico
Con respecto a la experiencia de uso y de conducción del Tesla Model S, no tenemos muchas cosas malas que decir. Conducir un coche como éste es espectacular, comodísimo y nos permite disfrutar más de la conducción.
La aceleración es un lugar a duda uno de los puntos más fuertes del Tesla Model S P100D. Y es que presume de hacer el 0 a 100 km/h en sólo 2,8 segundos, es simplemente espectacular; para hacernos a la idea. estamos hablando de cifras más propias de un superdeportivo de gama alta.
Aunque no vaya a ser algo que necesitemos normalmente, esta aceleración nos garantiza unas sensaciones únicas al volante, y gran seguridad a la hora de adelantar o incorporarnos a la autopista.
El Autopilot, más cerca de los coches autónomos
Desde el punto de vista tecnológico, la mayor innovación del Model S es sin duda Autopilot, aunque en España por cuestiones legales todavía no se pueda usar el modo más avanzado. Tampoco hay visos de que en el futuro cercano se pueda activar, pero aún así el modo “capado” que tenemos disponible no es menos impresionante.
La versión del Autopilot que podemos disfrutar se parece mucho a los sistemas de ayuda a la conducción que ya ofrecen otros coches de gama alta a la venta en España. La gran diferencia se encuentra principalmente en la naturalidad de las acciones del coche, y concretamente en cómo parece que, en realidad, es una persona la que está conduciendo.
Entre los sistemas que se pueden usar en España se encuentran el que nos mantiene en nuestro carril, el limitador de velocidad y el de mantenimiento de la distancia en carretera. Usando todas estas ayudas a la vez, el resultado es muy parecido al de tener un piloto automático. Sólo tenemos que activarlo todo; y el coche se mantendrá automáticamente en el carril, a la velocidad que le indiquemos, y teniendo en cuenta la presencia de otros coches.
Pero si hay una cosa que no podemos encontrar en otros modelos de gama alta, es la posibilidad de adelantar a otros coches de manera automática. Si tenemos estos sistemas activados, sólo tenemos que usar el intermitente hacia el carril que queramos, y el coche iniciará el adelantamiento cuando considere que es seguro. El Autopilot es capaz de detectar la presencia de coches a su alrededor, incluyendo los que vienen de atrás, así como si tienen suficiente espacio como para incorporarse al carril.
Capado en España, el Autopilot, y el Model S, siguen mereciendo la pena
Un detalle muy polémico es la cantidad de conductores que se han grabado usando Autopilot sin tener las manos en el volante. En España, tener las manos en el volante siempre es obligatorio, sin importar las ayudas que tenga nuestro coche. Por lo tanto, para usar Autopilot es necesario siempre coger el volante. Si el sistema detecta que hemos quitado las manos, nos mostrará una serie de avisos; si aún así no hacemos caso, desactivará automáticamente el Autopilot y no nos permitirá volver a activarlo hasta que apaguemos el coche y lo volvamos a iniciar.
Pese a esta limitación, la experiencia de conducir con un Model S con Autopilot, especialmente en un viaje largo, es una maravilla. Es un sistema que facilita mucho hacer kilómetros y supone un “plus” de comodidad frente a otros coches.
En definitiva, el Tesla Model S es sin lugar a duda la mejor experiencia de conducción con un vehículo eléctrico que existe en el mercado. Puede que tenga un precio muy elevado para el usuario medio, pero es lo que tiene marcar la tendencia de futuro de los coches eléctricos, uno en el que la mayoría rompa la barrera de los 500 km. de autonomía, sin olvidarnos de la red de supercargadores que abarca lo suficiente para prácticamente cualquier desplazamiento dentro del país.
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