La implementación del reconocimiento facial como medida complementaria de seguridad sigue suscitando preocupaciones en las personas. Esta es una medida que deja preguntas en el aire siempre referenciándose en cuestiones de privacidad; ¿qué pasa con los datos almacenados? ¿De verdad son tan eficaces sus resultados para dejar que se entrometan en nuestra privacidad así?
Existían dudas sobre si organismos como el Parlamento Europeo usarían este tipo de tecnología como ya han hecho otros países vecinos de la UE. Este caso era el más expectante, ya que había indicios de que el Parlamento podría incluirlo a modo de seguridad. No ha sido así; descartan que vayan a usar reconocimiento facial.
Después de que una página de la intranet del Parlamento Europeo sugiriera que podrían usar el reconocimiento facial ""en el contexto de la seguridad biométrica y servicios para los eurodiputados" según explica The Guardian, el Parlamento ha asegurado que no usará esta tecnología. Las palabras son claras: "no lo teníamos previsto".
El Parlamento Europeo no usará reconocimiento facial
Según explica The Guardian, el Parlamento Europeo ha expresado su negativa a usar el reconocimiento facial. Un portavoz ha asegurado lo siguiente: "no existe un proyecto de reconocimiento facial. No estaba previsto hacerlo en ningún nivel". Esta noticia llega después de que el pasado enero la Comisión Europea pusiera sobre la mesa la idea de prohibir el reconocimiento facial en lugares públicos.
El borrador que recogía la posibilidad de esta prohibición se encontraba en un libro blanco sobre Inteligencia Artificial. La versión final de este borrador, en la que se realizará una revisión más amplia de la regulación de la tecnología de IA se presentará este mismo febrero.
No se ocultan las posibles ventajas que tendrían "el desarrollo y la adopción de la inteligencia artificial en toda Europamientras se asegura que la tecnología se desarrolla y se usa de una forma que respecte los valores y principios europeos", pero sí se habla de una necesaria regulación y las obligaciones que la Comisión y por ende Europa impondrían para evitar un mal uso de estas tecnologías.
En un período de 3 o 5 años, según el borrador, "se podría identificar y desarrollar una metodología sólidaparaevaluar los impactosde esta tecnología y posibles medidas de gestión de riesgos". Todo apunta a que el Parlamento no quiere establecer el uso de estas tecnologías ante un alto riesgo de mal uso de estas por entes privados y públicos. Por otra parte, se evita también preocupaciones que conciernen a las implicaciones de privacidad que la integración de estas tecnologías suscitan.
Via | Europa Press
Origen | The Guardian