Probablemente el avión más famoso del mundo y protagonista mudo de alguna que otra película es el Air Force One. Así se denomina el avión presidencial de Estados Unidos cuando el mandamás del país se encuentra en su interior surcando los cielos de cualquier parte del mundo.
Como ya hemos analizado en OMICRONO, el Air Force One no es el avión más seguro con los que cuenta el presidente de la nacióin más poderosa del mundo. Aunque con su renovación por seguro que modernizan alguno de los sistemas de defensa que lleva instalado.
El avión no se renovaba desde los años 80 cuando Ronald Reagan era el habitante estrella de La Casa Blanca y vio una oportunidad para plantear un relevo generacional. El Air Force One debía ser el estandarte de los yanquis en sus viajes internaciones y ya en 1990, con Bush padre en el despacho oval, fue cuando se estrenaron las primeras unidades. Justo 30 años después de todo aquello, se ha confirmado que veremos en poco tiempo nuevos modelos surcando los cielos.
El nuevo Air Force One
Aunque la noticia haya saltado con Trump en el poder, la elección de un nuevo avión presidencial lleva cociéndose desde el año 2009. Con Barack Obama al frente del ejecutivo se comenzó a plantear la sustitución del vetusto Boeing 747-200B (modelo en el que está basado el actual Air Force One) por algo más moderno tecnológicamente hablando y más alineado con los consumos aeronáuticos actuales.
El proceso tuvo lugar durante varios años en los que se estudiaron varias opciones de los fabricantes Boeing y Airbus. El conglomerado europeo se desmarcó pronto del concurso quedando únicamente Boeing con 2 modelos posibles: Boeing 787 y Boeing 747-8.
Teniendo en cuenta la cantidad de personas que viajan en el Air Force One y las instalaciones que allí deben albergar el 747-8 parece la mejor de las opciones. Un avión inmenso que actualmente utilizan algunas aeronlíneas para los vuelos intercontinentales y muy popular entre las cargueras por su gran capacidad. Además, es el sucesor directo del 747-200 con un esquema base muy similar.
Se espera que en 2024 esté operativa la unidad del nuevo Air Force One. El nombre en clave es VC-25B y para 2021 tiene un nada desdeñable presupuesto de 800 millones de dólares que se destinarán al desarrollo del nuevo vehículo volante del presidente, aunque el montante total será muy superior. En la hoja de presupuestos (página 38) de defensa de Estados Unidos podemos ver que se están trabajando ya en la fabricación y adaptación del 747-8.
La principal razón esgrimida por la ficha del presupuesto para el relevo generacional es la cantidad de veces que el actual avión permanece fuera de servicio por diversos problemas (que no detallan) para cumplir con los estándares de la Administración Federal de Aeronáutica, la famosa FAA. Es el ente público que se dedica a dar los permisos convenientes para que una aeronave pueda volar. Últimamente está muy en boga debido a los desgraciados accidentes del Boeing 737 Max, como responsable de certificar que el modelo es apto para el vuelo.
El equipamiento, como era de esperar, es totalmente secreto. Del Air Force One actual sí se conocen algunas cosas dado que en él suelen viajar periodistas cuando el presidente va fuera del país. Por ejemplo, en lugar de las 2 alturas que tiene un 747 tradicional, el Air Force One cuenta con una tercera emplazada en lo que sería la bodega del avión.
La aeronave, cuando está en vuelo, debe ser totalmente operativa para que el presidente y toda la plana mayor sean capaces de seguir ejerciendo su trabajo. Para ello, el actual Air Force One cuenta con varias salas de reuniones, despachos y un complejo sistema de comunicaciones. Además de una serie de estancias privadas para descanso.
Uno de los grandes cambios estéticos que tendrá el próximo avión será el esquema de pinturas. Hasta ahora, se optaba por colores apagados como el azul celeste combinado con un azul algo más oscuro. La próxima librea, al parecer diseñada por el propio Trump, tendrá colores mucho más fuertes y la combinación de los colores estadounidenses por excelencia: azul y rojo.
Los antiguos Air Force One
La hegemonía mundial estadounidense nació a la vez que la aviación. Justo por eso, el presidente del país ha estado desde hace varias décadas relacionado con los viajes en este método de transporte.
Hasta la creación de un Air Force One como tal (que no deja de ser un identificador de vuelo), la ejecutiva viajaba en diversos aviones pertenecientes al ejército. El primer aparato que tenía todos los ingredientes actuales fue un C-118 Liftmaster que tomó el nombre de Air Force One tras entrar en el mismo espacio aéreo que otra aeronave con el mismo indicativo. Para evitar esta situación y a partir de ese momento, todo avión en el que vuele el presidente de Estados Unidos será denominado Air Force One.
El avión comenzó a tener más popularidad internacional con la llegada de JFK. El popular presidente utilizaba los Boeing 707 (aviones con motores jet) en sus viajes por todo Estados Unidos y parte del mundo. Incluso fue el aparato que le transportó hasta Dallas el día que fue disparado.
Los Boeing 707 han servido también como Air Force Two, el indicativo que usa una aeronave cuando en ella viaja el vicepresidente de Estados Unidos. Se retiraron del servicio con la incorporación de los Boeing 757 en 1998.