Con el nacimiento de las empresas privadas de viajes espaciales, adentrarse en el espacio no está reservado a los astronautas más intrépidos de cada país. El turismo espacial se ha posicionado como uno de los sectores más prometedores de las próximas décadas y ofrecerán diferentes tipos de trayectos a quien pueda pagarlos.
No nos engañemos, viajar al espacio es a día de hoy un lujo al alcance de muy pocos y no tiene visos de cambiar en el medio plazo. La tecnología empleada y la energía necesaria tienen un coste todavía prohibitivo para la inmensa mayoría de personas; aunque existen algunos millonarios con fondos y arrojo suficiente como para lanzarse a explorar el Espacio.
Las grandes fortunas de todo el mundo que se han interesado en los viajes espaciales lo ven una experiencia vital irrepetible, por lo que están dispuestos a pagar casi cualquier precio. Uno de los casos más sonados es el de Yusaku Maezawa, un magnate japonés de la moda que se ha visto envuelto en un polémico proceso para buscar acompañante con escaso éxito y demasiado
Pioneros del turismo espacial
No sabemos muy bien si por un movimiento de marketing o porque de verdad el bueno de Yusaku sueña con ver la Tierra desde muy alto y circunvalar la Luna. Por el momento, es el primer personaje público en usar los servicios de Space X, la empresa de Elon Musk que promete fundar una colonia humana en Marte.
Space X, tras su continuada lista de éxitos, se ha convertido en una de las empresas espaciales más importantes del momento. Ha conseguido desarrollar naves reutilizables que cumplen con todas las medidas de seguridad y, además, ha firmado acuerdos millonarios con la NASA como proveedor de naves espaciales para viajes de la propia agencia espacial estadounidense.
El viaje del japonés lleva cociéndose desde que compró su boleto al espacio en 2018. La nave que presumiblemente iba a llevarle al espacio ha sufrido continuos retrasos en su diseño y todavía se encuentra en plena fase de desarrollo. Se espera que Yusaku sea el primer no astronauta que se de una vuelta alrededor de la Luna.
Algo más cerca irán los primeros cuatro turistas espaciales que utilizarán la nave Crew Dragon. Space X utiliza la 'agencia de viajes espaciales' Space Adventures para ofertar sus vuelos y tienen planeado lanzar la primera tanda a lo largo de 2021.
Mucho antes que eso, Virgin Galactic quiere realizar los primeros vuelos suborbitales con turistas. No es lo mismo que viajar hasta la Luna pero las naves de Virgin subirán a más de 80.000 metros del suelo para que los turistas experimenten ingravidez y puedan ver la curvatura de la Tierra.
El viaje propuesto por su CEO, Richard Branson, famoso entre otras cosas por ser el descubridor de Mike Oldfield o por la creación de Virgin Atlantic Airways, durará entre unas 2 horas desde el despegue hasta el aterrizaje y costará unos 250.000 dólares. Las naves y certificaciones de Virgin Galactic ya están en regla y esperan que sea este 2020 cuando inauguren los vuelos con turistas.
La compañía tiene ya más de 600 reservas de vuelo de pasajeros de 60 países que han dejado a la compañía 80 millones de dólares y 120 millones de beneficio potencial, según recoge Reuters. Las últimas noticias de los británicos apuntan a que Virgin estaría en negociaciones con Italia y Emiratos Árabes Unidos para emplazar su base de operaciones.
La tercera en discordia es Blue Origin. La compañía fundada por el todopoderoso Jeff Bezos también ha conseguido algunos acuerdos millonarios con la NASA y, de la misma manera que Space X, quiere llevar turistas al espacio. Su proyecto gira entorno a la nave New Shepard compuesta por una cápsula de 18 metros en los que acomodará hasta 6 viajeros. Se espera que el vuelo inaugural se realice también este años.
Los problemas de viajar al espacio
Aunque los viajes espaciales se llevan realizando desde hace varias décadas, el estado físico y psicológico que se requiere no está al alcance de cualquier persona. Elon Musk ha anunciado a bombo y platillo los viajes "para todos" a Marte ofreciendo detalles como el precio del billete pero obviando algunas cuestiones claves como si los futuros marcianos se someterán a algún tipo de test psíquico y físico.
Queremos que será así y se mirará hasta el último detalle de la psique de todos aquellos que se embarquen en un viaje espacial. El espacio en una cápsula espacial es muy limitado y pasar varios días compartiendo hasta el último centímetro cuadrado con otras personas es un experimento social demasiado delicado como para dejarlo en manos del azar.