Este año promete ser muy jugoso en el terreno de las consolas. A mediados-finales de este año tendremos la PlayStation 5 y la Xbox One Series X, las nuevas consolas de los Sony y Microsoft. Las dos llegan para dar el salto a la nueva generación y traerá una cascada de novedades de hardware.
El PC siempre ha sido uina plataforma superior en cuanto a experiencia de videojuego per se, con más tasas de frames, más posibilidades y sobre todo más capacidad gráfica. Pero este año, tras todos los detalles que han proporcionado tanto Sony como Microsoft sobre sus consolas, hace pensar que esto podría dejar de ser así. O al menos, tan así.
Inevitablemente un PC siempre será más potente y capaz que una consola. Pero la PlayStation 5 y la Xbox Series X podrían elevar tanto el listón que estas podrían destronar al PC en favor de muchos jugadores que no tienen el dinero para adquirir un PC pero sí para conseguir una de estas consolas. Repasamos 5 detalles que conseguirían elevar las consolas en cuanto a cantidad de adeptos.
Ray Tracing
La primera tecnología que ambas compañías han confirmado para sus consolas será Ray Tracing o trazado de rayos. Esta tecnología se basa en un algoritmo que permite imitar los reflejos y sombras de los rayos de luz, dándole a todo un aspecto muchísimo más natural. Se determinan las superficies visibles en la escena trazando rayos desde el observador (la cámara) hasta la escena a través del plano de la imagen.
En términos simples: el Ray Tracing es una tecnología que no es precisamente nueva pero que por fin se ha implementado en el hardware de consumo, al menos por parte de Nvidia y sus tarjetas gráficas RTX. Gracias a esta, podemos tener iluminaciones y reflejos realistas, que le dan un 'look' increíble al título (aunque depende de cómo se implemente).
El problema de esta tecnología es que es tremendamente demandante. Incluso con el hardware que más FPS te de del mercado, es difícil que consigas una experiencia decente con el Ray Tracing activado. Además, hay pocos juegos que lo soporten. El hardware para poder disfrutarlo es caro; las GPU de Nvidia (las únicas hasta la fecha que pueden ejecutar Ray Tracing) tienen costes elevados.
El Ray Tracing en consolas tiene varios beneficios. El primero es que acercaría esta tecnología a los desarrolladores y a los videojuegos; por ahora tenemos un muy reducido catálogo de videojuegos que admiten RT, y la popularización de estas tecnologías motivaría a los desarrolladores a aprovechar las capacidades de las consolas e incluirla.
Por otra parte, no necesitaríamos un hardware tan potente ni tan caro para jugar a estos juegos, lo que finalmente acercaría dicha tecnología, finalmente, a nosotros. Sería una forma accesible y barata de conseguir jugar a juegos con esta calidad gráfica. No obstante, tendremos que conformarnos con Ray Tracing muy suave o con bajas tasas de frames.
SSDs (al fin)
Una de las críticas más feroces que se les ha hecho a las consolas ha sido su rapidez, en general. Para abaratar costes tanto Sony como Microsoft optaron en sus consolas actuales por incluir discos duros mecánicos. Estos son los discos duros "de toda la vida", los "gordos", los que solían llevar anteriormente nuestros ordenadores. Tienen capacidad para amplias cantidades de almacenamiento, pero son bastante lentos. Muy, lentos.
Debido a que estos discos son tan lentos, los tiempos de carga de estos sistemas suelen ser bastante largos, y en general el sistema no se mueve especialmente rápido. En juegos muy pesados como 'Red Dead Redemption 2' los tiempos de carga pueden ser insufribles, por lo que usualmente se intentan evitar en el 'gameplay' en sí. Al fin, las consolas de nueva generación incluirán almacenamiento SSD.
El almacenamiento SSD tiene por contrapartida que son más caros y tienen una relación almacenamiento-precio peor, pero son muchísimo más rápidos. Un SSD en un ordenador viejo puede marcar la diferencia y "revivirlo", haciendo que al menos se sienta mucho más rápido.
Los tiempos de carga (si es que están presentes) serán mucho menores y el sistema se moverá mucho más fluido. Sin embargo, deja la incógnita en el aire de cómo afectará esto al precio y sobre todo qué capacidad base tendrán estas consolas. No podremos saberlo hasta que se presenten las consolas.
Mejor rendimiento en general
Tanto Sony como Microsoft han querido poner bastante énfasis en la potencia. Se habla de que, si bien no serán consolas tan potentes como un ordenador de sobremesa, sí que llegarán a altas tasas de refresco. En especial Microsoft ha hablado de cómo algunos juegos que llegarán a su Xbox One Series X podrán alcanzar incluso los 120 fps.
Porque ese es un punto que siempre se les ha achacado a las consolas, que no alcanzasen la cantidad increíble de fps que pueden conseguir los PCs de sobremesa. En general los juegos de ambas consolas están capados a 30 fps, con casos en los que llegan a 60 fps estables dependiendo del juego. La potencia no será un problema en esta generación.
Las consolas de nueva generación se venderán como un método relativamente asequible para poder jugar a juegos de altísima calidad gráfica como triples A que requieran de un hardware de PC muchísimo más caro. Muchos jugadores que sigan venerando el PC podrán valorar el comprar una consola antes que un PC gaming en caso de que quieran jugar a una serie de juegos exclusivos.
Este año la guerra de consolas pinta muy bien. Sólo queda decidir de qué lado estás.