Estamos muy cerca de un nuevo cambio de generación en el sector de las consolas de videojuegos. Sony y Microsoft vuelven a presentarse como las alternativas dirigidas a los jugadores que lo quieren todo, mientras que Nintendo sigue en su propio mundo disfrutando de las ventas de la Switch.
La lucha entre la Playstation 5 y la Xbox Series X va camino de ser legendaria. Ambas parecen apostar por un planteamiento muy similar, y todo indica que serán básicamente ordenadores diseñados específicamente para jugar, compatibles con las últimas tecnologías desarrolladas en PC.
Eso también implica que el hardware de estas consolas debe estar a la altura; entre otras cosas, debe tener soporte de ray-tracing, la tecnología que permite simular los rayos de luz con gran realismo.
El coste de la PS5
También deben contar con mucha memoria RAM para cargar los grandes mundos que están preparando los desarrolladores; y todo eso, preferiblemente a resoluciones 4K como mínimo, e incluso a tasas de refresco elevadas.
Como sabe cualquier jugador de PC, nada de eso es barato, y eso es un grave problema para los fabricantes. Según una nueva exclusiva de Bloomberg, cada Playstation 5 producida tendría un coste aproximado de 450 dólares en estos momentos.
No parece mucho, pero hay que recordar que esa cifra representa sólo lo que le cuesta a Sony conseguir los componentes y los materiales, y fabricar la consola; no se incluyen el resto de costes (como distribución), ni quedaría margen para Sony. En otras palabras, es imposible que la Playstation 5 llegue al mercado con ese precio... ¿o no?
Es habitual que los fabricantes de consolas ganen muy poco con cada unidad vendida, especialmente durante los primeros meses de producción; incluso se han dado casos en los que el fabricante ha optado por perder dinero con cada consola, vendiéndolas por debajo de coste en países como EEUU.
Caro para muchos jugadores
Normalmente hay dos razones por las que a Sony no le importaría vender la consola a casi el precio del costes. La primera es que el mercado de consolas es muy competitivo, y un lanzamiento malo puede hacer que se quede el resto de la generación por detrás; es lo que le ocurrió a Microsoft con la Xbox One.
La segunda es que los fabricantes de consolas no reciben ingresos sólo por vender hardware. Cada juego vendido en la plataforma tiene que ser licenciado después de un pago por el desarrollador. Por lo tanto, no sería una catástrofe que Sony vendiese la PS5 por 470 dólares como plantean en Bloomberg, por ejemplo.
Sin embargo, esa ya sería un precio demasiado alto para la mayoría de jugadores, 70 dólares más caro que lo que costaba la Playstation 4 en su lanzamiento. Es un rango de precios en el que mucha gente no está dispuesto a entrar; especialmente porque, si vas a pagar tanto por una consola que es un PC, ¿por qué no comprar un PC directamente? Es una opción que cada vez es más popular gracias a juegos online como Fortnite o Apex Legends.
Sony lo tiene difícil. Recortar en hardware no es una opción porque se quedaría corta respecto a la Xbox Series X, así que lo único que puede hacer es demostrar que merece la pena pagar algo más. Probablemente lo intentará con funciones muy esperadas como la retrocompatibilidad, que le permitirá ejecutar juegos de todas las consolas anteriores de Sony.