Al igual que las los teléfonos inteligentes, las smart TV han conseguido colarse en millones de hogares con sus sensores, micrófonos y cámaras de todo tipo. Ya asumimos que si tenemos un smartphone con algunos servicios gratuitos tendremos que perder parte de nuestra privacidad como pago a unas herramientas que cuestan miles de millones de dólares a las empresas.
Por ejemplo, cuando subimos una fotografía al almacenamiento ilimitado de Google Fotos ésta pasa a ser propiedad de Google y puede ser utilizada por ella o cualquiera de sus colaboradores. Pero el tema de las televisiones inteligentes sigue en un peligroso segundo plano.
Hay quien se pasa horas delante de la televisión utilizando los múltiples servicios (navegador, el tiempo, servicios de noticias) o viendo contenidos en cualquiera de las plataformas que tienen aplicación. Datos demasiado jugosos como para dejarlos marchar sin más.
Un 'espía' en tu salón
La Oficina de Investigación Federal, más conocida como FBI, alerta a los usuarios sobre cómo una televisión inteligente aparentemente inocente puede captar datos de tu vida cotidiana cuando estás frente al televisor. La información, recogida a su vez por Bloomberg, nos da algunos consejos sobre cómo funciona la recogida de datos.
El primero y el más obvio es que algunos modelos nuevos de televisiones cuentan con cámaras y micrófonos incorporados. Gracias a ellos los fabricantes y desarrolladores de aplicaciones pueden hacer acopio del sonido y de la imagen que capten.
De hecho, muchas televisiones de nueva hornada tienen asistentes de voz (algo así como Alexa o Siri) integrados dentro del sistema operativo de la televisión. Si los activamos, tendremos un bonito micrófono recogiendo sonido a la espera de su frase maestra de invocación. Exactamente igual que ocurre con cualquier altavoz inteligente o nuestro smartphone.
La segunda es la posibilidad de que ese sistema operativo tenga puertas traseras vulnerables capaces de ser aprovechadas por hackers con diferentes propósitos. Si consiguen burlar las medidas de seguridad, podrán tener acceso igualmente a nuestra cámara, a los micrófonos y al contenido que tenemos almacenado en la memoria de la tele (vídeos, fotos, documentos...).
La tercera recomendación del FBI es que leamos detenidamente la política de privacidad del fabricante de la televisión, nos aseguremos qué datos recoge en su funcionamiento y qué haces a posteriori con ellos. Esto último también lo debemos hacer con las aplicaciones que instalamos. Y es que, aunque las tiendas de apps tienen sus políticas propias, es probable que consigan escabullirse y burlar las medidas de seguridad.
A estos tres pilares de la privacidad en smart TV debemos añadir otro: actualizar las televisiones. No sería la primera vez que los fabricantes tienen que actualizar el sistema operativo debido a problemas de privacidad más o menos serios.
Del mismo modo que Netflix recoge nuestros datos para proporcionar contenido que, a priori, sea de nuestro interés, el sistema operativo puede mostrarnos publicidad acorde a nuestras preferencias que haya detectado con el uso. No es una pérdida de privacidad como tal, pues forma parte intrínseca de las plataformas online pero igualmente hay que tenerlo en cuenta.
Ultrasonidos publicitarios
Aunque parezca algo de ciencia ficción, algunos anuncios de la televisión emiten ultrasonidos que se captan en nuestros smartphones para proveernos de publicidad más personalizada. A esta conclusión llegó en 2017 un estudio realizado por la Universidad de Brunswick (Alemania) al estudiar 234 aplicaciones para smartphone que captaban frecuencias tan altas como inaudibles para un ser humano.
Y para hacerlo no utilizan herramientas prohibidas sino que es la propia Google la que pone a disposición de los desarrolladores esta función. Además, se complementa con la ubicación de nuestro teléfono para asegurarse dónde nos encontramos e incluso es posible saber con quién.
El estudio es realmente extenso y demuestra cómo es posible crear un perfil único de usuario que está viendo la televisión mientras el móvil escucha el ultrasonido. Dato muy valioso también para medir audiencias e impacto de una campaña de marketing televisivo