Tras más de un mes de confinamiento en España, el regreso a la vida normal -o casi normal- se presenta con incógnitas complicadas de resolver. ¿Cómo será la vuelta? ¿Cómo se controlarán los posibles nuevos casos para no sufrir la temida segunda oleada?
La tecnología tiene algunas respuestas en forma de dispositivos enfocados principalmente a los emplazamientos con una gran afluencia de personas como pueden ser los intercambiadores de transporte público, la entrada a algunas fábricas o los centros comerciales. Uno de los métodos más extendidos es la medición de la temperatura corporal utilizando un termómetro infrarrojo o una cámara termográfica.
Pero la propuesta del fabricante chino de autobuses King Long va un paso más allá. Sus ingenieros han desarrollado una cabina que combina la medición de temperatura corporal con una ducha desinfectante. ¿Lo mejor? Realiza la operación en tan solo 5 segundos.
El sistema antipandemia chino
Desde el pasado diciembre, cuando conocimos de la extensión del coronavirus, la empresa King Long ha estado trabajando con el Gobierno de China para el desarrollo de medidas antipandemia enfocadas principalmente al sector del transporte público. Los desplazamientos diarios en metro, tren o autobús han sido uno de los focos de contagio más importantes y las autoridades sanitarias de todo el mundo están buscando métodos más allá del distanciamiento social.
ANMO, como así se llama la cabina, está desarrollada dentro del instituto gubernamental de investigación tecnológica e ingeniería del propio fabricante y consiste en "una cabina inteligente de control antipandemia", según recoge un comunicado de la propia King Long.
Desde la compañía aseguran que se puede instalar en cualquier ubicación con gran afluencia de público y "en menos de 5 segundos controla la temperatura corporal de cada persona realizándole simultáneamente una desinfección corporal completa en los 360 grados". Lo que incluye toda clase de pertenencias que portemos con nosotros como mochilas, bolsas o herramientas de trabajo.
Sacando la calculadora y estipulando una medición y desinfección cada 5 segundos, la cabina podrá realizar 720 operaciones cada hora como máximo. Imaginamos que los 5 segundos por usuarios es un supuesto teórico y en la práctica será alguno más. Lo ideal para recoger al mayor número de personas al mismo tiempo sin entorpecer demasiado el flujo de personas es la combinación de varias máquinas en varios accesos.
Semáforo rojo
El concepto de semáforo para tratar de atajar el coronavirus no es nuevo. Muchos países ya utilizan un sencillo código de colores dependiendo de si estás pasando la enfermedad, ya te has recuperado o todavía no la has pasado. Tres estados que, con muchos matices, resumen la idoneidad de una persona para salir de su casa o utilizar el transporte público.
Si ANMO detecta que la temperatura corporal es elevada y presentas fiebre lanzará una señal lumínica y acústica impidiendo la entrada a la persona detectada. Teniendo en cuenta la denegación de acceso, se tendrá que combinar con la presencia de autoridades. De esta forma evita la propagación del COVID-19 o de cualquier otro tipo de patología.
Si por el contrario, la temperatura del sujeto está correcta ANMO procederá a la ducha de desinfección junto con la esterilización de manos como punto extra en el proceso. La cabina puede programarse para el reconocimiento facial de mascarilla, en caso de que sea obligatorio por parte de las autoridades sanitarias o en un recinto privado.
Más de 9.000 pedidos
El segundo fabricante de autobuses del mundo ha recibido ya los primeros 9.000 pedidos de la cabina ANMO y "la mayoría de las líneas de producción que posee king Long están trabajando en satisfacer la alta demanda interna [China]". En el mismo comunicado señalan Rusia, Taiwán, Tailandia, Filipinas, malta y Túnez han mostrado interés por la cabina y han adquirido las primeras unidades, aunque no detallan más al respecto.
En China, se han instalado de forma preferentes en los centros industriales y en los colegios chinos. Aunque también se está empezando a extender en centros de trabajo, cadenas de supermercados, aeropuertos, estaciones de transporte público, concesionarios de vehículos, centros comerciales y hospitales de varias ciudades del país. El coste de estos sistemas, según ha informado Kin Long España, oscilaría entre los 3.500 y los 12.500 euros en nuestro país.