El verano en España es sinónimo a encadenar una ola de calor tras otra. Para sobrellevar esas pegajosas temperaturas existen varios métodos, aunque el ventilador sigue siendo el más común. Pero este sistema que crea una corriente natural de aire también se actualiza a los nuevos tiempos, con la marca Dyson a la cabeza en innovación y nuevas tecnologías aplicadas al sector.
Uno de los últimos modelos que acaba de llegar al mercado es el Dyson Purifier Cool Formaldehyde (649 euros), un híbrido entre ventilador y purificador de aire cargado de tecnología capaz de hacer más llevaderos los días de verano. Una renovación del modelo anterior que ahora es capaz de detectar y neutralizar el formaldehído.
Todo ello sin descuidar un apartado estético que tradicionalmente no se tiene muy en cuenta a la hora de diseñar este tipo de dispositivos. Y es que, como se puede ver en las fotos, el ventilador de Dyson encaja a la perfección en cualquier tipo de estancia y estilo de la casa. De hecho, para cualquier persona que no sepa de la tecnología propia de la compañía para la fabricación de ventiladores sin aspas, será complicado adivinar que se trata de un ventilador.
Potente y silencioso
La potencia y la quietud quizá sean las dos características más importantes en un ventilador. Una buena corriente de aire soluciona las necesidades de refresco en buena parte de las situaciones dentro del hogar; con especial foco cuando cae la noche y toca irse a la cama. Para el descanso nocturno, el aire acondicionado pasa a ser un arma de doble filo al enfriar la estancia de una forma que puede provocar resfriados, sequedad en las vías respiratorias o dolores de garganta.
Por esa razón un ventilador es el compañero perfecto para -casi- todas las noches. Especialmente si vives en lugares con tradición de ser calurosos como Almería, como es mi caso. A la ya mencionada potencia se une un silencio que solo se interrumpe muy discretamente cuando colocamos el ventilador en las marchas más altas.
Acostumbrados a un ventilador de aspas tradicional con sus tintineos y vibraciones, el ventilador de Dyson pasa totalmente desapercibido para el descanso nocturno. ¿De verdad ha estado funcionando toda la noche?, es la primera pregunta que se viene a la cabeza nada más despertarte. Incluso para los amantes del ruido blanco, puede incluso favorecer la relajación.
El chorro de aire que consigue la tecnología de Dyson es potente, uniforme y de largo alcance. Más concentrado que en los ventiladores tradicionales. Esto permite no tener el ventilador 'encima' para sentir el aire en movimiento y, gracias a que se gira sobre su propio eje hasta 350 grados (prácticamente una vuelta entera), se reparte de forma más uniforme.
Con purificador
Si por si fuera poco tener un ventilador potente, sin aspas y muy silencioso, Dyson también equipa a este dispositivo con un purificador de aire. Esos que, para los que somos alérgicos en primavera, se han convertido en los compañeros perfectos y no pueden faltar si queremos reducir el número de estornudos por hora.
En Almería en verano no queda ni un ápice de polen en el aire, pero el resto de partículas permanecen impasibles durante el resto del año. El último lanzamiento de Dyson incluye como gran novedad un sistema de filtrado que elimina el formaldehído del ambiente. Éste es uno de los compuestos químicos contaminantes que se encuentran en productos tan dispares como en la madera conglomerada, la pintura, los materiales de construcción, productos de limpieza, champús y hasta en las servilletas de celulosa.
Algunos estudios han llegado a la conclusión de que pueden producir cáncer, además de la gran sensibilidad a este químico que sufren algunas personas. El Dyson Purifier Cool Formaldehyde es capaz de descomponer la molécula de formaldehído en agua y dióxido de carbono para después emitirla al ambiente. Con esto consigue no requerir de un filtro que necesite mantenimiento y, según anuncian, este sistema catalítico se regenera automáticamente.
Al sistema del formaldehído se añaden los filtros HEPA con carbono que captura los gases y es capaz de retener el 99,95% de las partículas de hasta 0,1 micras. Esto es particularmente importante si la casa está cerca de una calle o carretera muy transitada donde los gases de los coches puedan llegar al interior y abrir la ventana no es una opción.
Aunque es verano y la casa se encuentra en una zona peatonal muy poco transitada, algunos niveles de contaminantes están en niveles altos según los sensores incorporados dentro del Dyson. Principalmente las que se encuadran en un tamaño de PM2.5, que son partículas microscópicas de un tamaño inferior a 2,5 micras y entre las que se encuentran el humo, emisiones industriales y las velas. Tras un rato conectado, el Dyson comienza a hacer su trabajo y en unos minutos comienzan a reducirse los niveles.
En la práctica, donde más debería notar la diferencia del purificador es en primavera cuando los niveles de polen -especialmente el del olivo por esta zona- está en lo más alto y la pastilla de antihistamínico es obligatoria. Para esto último, existen purificadores más económicos que no cuentan con la función de ventilador ni otras tecnologías como la eliminación del formaldehído.
Aplicación de primera
Una de las grandes sorpresas del dispositivo de Dyson ha sido la excepcional aplicación que lo acompaña. Disponible tanto para Android como para iOS, el teléfono sirve de puente entre el ventilador-purificador y el usuario gracias a que cuenta con conectividad WiFi.
La sincronización es muy sencilla y tan solo requiere de un par de minutos para que el Dyson se conecte a la red inalámbrica y, a partir de ese momento, comenzar a disfrutar de todas sus opciones. La primera de ellas es la posibilidad de incorporarlo a nuestro sistema de hogar conectado de cabecera a través de Siri o de Alexa, lo que abre una puerta muy interesante para no depender de los controles físicos del mando a distancia, del teléfono móvil o del botón físico incorporado.
En cuanto a la gestión del dispositivo, la aplicación permite hacer prácticamente de todo con un planteamiento muy sencillo. Además de unos cuantos atajos en la primera pantalla, podemos acceder a un mando a distancia virtual que permite ajustar la potencia del ventilador, la rotación, activar un temporizador, activar el modo automático, un modo nocturno y cambiar la dirección del aire para que no sople pero sí purifique el ambiente.
Desde la aplicación también se puede acceder a todo el historial de los análisis del ambiente que realiza el Dyson Purifier Cool Formaldehyde para ver cómo ha actuado y en qué situación se encuentra en tiempo real. Para ello, la app compara el ambiente de dentro del hogar con el exterior a través de una base de datos que requiere conexión a Internet.
¿Me lo compro?
Si ya los ventiladores se han convertido en un electrodoméstico esencial para resistir las olas de calor, un dispositivo como el Dyson Purifier Cool Formaldehyde viene a completar la experiencia de usuario con un arsenal tecnológico de primer orden.
Primero por su capacidad de purificar el aire de bacterias, partículas sólidas microscópicas, el formaldehído y un amplísimo rango de sustancias nocivas que se cuelan en casa. Y segundo por una aplicación que está realmente a la altura de las circunstancias ofreciendo información en tiempo real de todos los parámetros.
Es cierto que los 649 euros del Dyson Purifier Cool Formaldehyde son muchos y que en el mercado hay dispositivos purificadores por mucho menos a los que se puede añadir la compra de un segundo aparato de ventilación. Pero casi seguro que tendrá aspas -cosa a tener en cuenta si hay niños o animales en el hogar-, no será tan silencioso ni ofrecerá tanta información de forma tan clara.
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