En mi mente lleva tiempo rondando la idea de montar mi propio cine en casa, y más tras haber probado un proyector portátil chino. Como amante del séptimo arte tengo claro que el audio es una de las cosas más importantes, ya que hace que las películas sean más realistas; algo que no se consigue con los altavoces de los televisores. Las barras de sonido son una buena solución a este problema, y ahora Xiaomi ha traído a España su modelo barato: cuesta 259,28 euros.
La Xiaomi Soundbar 3.1 no es la primera barra de sonido que pasan por estas manos, ya que anteriormente pude probar la Creative SXFI Carrier; pero sí es la más barata. Tras la anterior experiencia y viendo el precio del modelo del fabricante chino, lo cierto es que al sacarla de la caja no pensé que iba a ofrecer mucha potencia, tanta que hasta en algunas ocasiones han tenido que llamarme los vecinos para pedir que bajara el volumen.
La potencia máxima de 430 W es una de las principales virtudes de la barra de sonido de Xiaomi, que también destaca por ser fácil de instalar, contar con un subwoofer inalámbrico y diferentes modos de sonido para un mejor audio en función de para qué se esté utilizando el dispositivo. En mi caso, he estado probando la Xiaomi Soundbar 3.1 durante días tanto para ver películas, series y las noticias como para jugar, y en todos los casos la experiencia ha sido satisfactoria.
Un diseño sencillo
La Xiaomi Soundbar 3.1 es una barra de sonido de gama de entrada, de ahí que su precio sea más asequible, aunque sus prestaciones apuntan más alto. Una de las cosas que más atraen de este dispositivo es su diseño metálico elegante y sencillo que encaja bien en cualquier salón, aunque solamente está disponible en color negro.
Su diseño es minimalista, ya que apenas ofrece una pequeña pantalla OLED de matriz de puntos en la parte frontal derecha que muestra información como el volumen o los distintos modos de sonido. Su zona superior está algo más poblada, ya que ahí se encuentran un botón de encendido y otros para controlar el volumen y para seleccionar el tipo de conexión.
La barra de sonido pesa 7,85 kilogramos y tiene unas medidas de 86 centímetros de largo, 11,5 cm de ancho y 6 cm de profundo, por lo que se puede colocar cómodamente en cualquier mesa. En mi caso, encaja perfectamente en el hueco disponible entre las patas de mi televisor, que tiene un tamaño de 49 pulgadas.
Instalar la barra, que llega junto con un subwoofer inalámbrico, es un proceso que apenas lleva unos pocos minutos, ya que basta con conectarla a la corriente y al televisor mediante un cable HDMI. Este modelo también incluye Bluetooth 5.0 para conectar desde móviles hasta portátiles o tabletas; además de NFC -en su zona superior- para emparejar de forma cómoda y con un sólo toque un smartphone Android.
En mi caso, los puertos se han quedado algo escasos. Tiene conexiones coaxial, óptica, USB y entrada y salida HDMI. El problema es que, a diferencia de otros modelos, tan sólo permite conectar un dispositivo mediante HDMI, y yo dispongo de varias consolas y de un Fire TV Stick, por lo que me he tenido que levantar en más de una ocasión para cambiar el cable en función de si quería jugar a la PlayStation 4 o a la Nintendo Switch.
La barra de sonido también viene acompañada por un mando a distancia, que es bastante sencillo y cómodo de utilizar. Tiene un tamaño compacto e incluye los botones necesarios para acceder a los ajustes del dispositivo, como cambiar entre los diferentes modos de audio, subir o bajar el volumen, y hasta seleccionar el canal de entrada de la señal.
Mucha potencia
No por ser barata, no quiere decir que la barra de sonido de Xiaomi no sea potente, ni mucho menos. Este modelo monta un equipo completo de siete altavoces: tres de frecuencia completa, tres tweeters y el subwoofer independiente; y ofrece un sonido estéreo 3.1 que como resultado da un audio claro y envolvente. Incluso dispone de tecnología Dolby Audio y compatibilidad con DTS y DTS Virtual X.
Este modelo cuenta con una potencia máxima de 430 W, y con el volumen lo más alto posible parece que la casa retumba. De hecho, en más de alguna ocasión he recibido una llamada o algún mensaje de WhatsApp de un vecino pidiendo que bajara el volumen, aunque no lo tuviese al máximo. Aun así, utilizando la barra en unos niveles de volumen del 13 al 20 es más que suficiente para comprobar su potencia y claridad.
Una de sus grandes ventajas es su subwoofer inalámbrico, que cuenta con su propia fuente de alimentación y que con tan sólo encenderlo se conecta automáticamente a la Xiaomi Soundbar 3.1. Además, añade sonidos muy graves gracias a su altavoz de 6,5 pulgadas y a su caja, que hace que las ondas resuenen más fuerte para conseguir un audio más envolvente.
Una de las características que más me ha gustado de la barra de Xiaomi es que dispone de una variedad de modos de audio que se adaptan a las diferentes necesidades de sonido en función de lo que se está viendo. En total se puede escoger entre un modo música para escuchar mejor las canciones y que optimiza los agudos y graves, otro para películas, uno para noticias para escuchar mejoras las voces y otro para juegos si se está con la consola.
A los que hay que sumarle un modo de inteligencia artificial (IA) que ajusta automáticamente a la mejor configuración de sonido para el contenido de audio que se está reproduciendo en el momento. Incluso dispone de un modo nocturno, ideal para cuando el resto de la gente de la casa está durmiendo, que reduce el volumen de los graves para no despertar a nadie.
¿Me la compro?
El mercado de las barras de sonido es muy competitivo, y para hacerse un hueco Xiaomi ha apostado por un dispositivo que mantiene su filosofía: ofrece una muy buena relación entre calidad y precio. Es cierto que se pueden encontrar modelos con un mejor sonido y más potentes que la Soundbar 3.1, pero con un coste superior.
Entre sus principales ventajas destaca su diseño sencillo y elegante, su gran potencia y la inclusión de los diferentes modos de sonido para obtener una mejor experiencia de audio en función de lo que se esté viendo. Lo único que he echado en falta es compatibilidad con Dolby Atmos para una experiencia más inmersiva. Aun así, es una interesante opción si uno no se quiere gastar mucho dinero.
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