El dron submarino Orca

El dron submarino Orca U.S. GAO Omicrono

Defensa y Espacio

Así es Orca, el gigantesco submarino no tripulado de EEUU que puede lanzar minas y bloquear puertos

Boeing Defense ha compartido las primeras imágenes en mar abierto de Orca, un enorme dron sumergible que puede operar durante meses.

27 julio, 2023 03:15
Ismael Marinero Izan González

Las empresas que desarrollan tecnología militar está trabajando a pleno rendimiento, Uno de los ámbitos en los que más han avanzado en los últimos años es el de los vehículos autónomos no tripulados, por tierra, mar y aire. En la guerra de Ucrania hemos podido ver en acción un UGV (unmaned ground vehicle) que España ya tiene en su Ejército, los drones kamikazes navales que atacaron el puerto de Sebastopol y el mayor muestrario de drones aéreos imaginable, tanto en uno como en otro bando.

El ejército de EEUU no quiere quedarse atrás en ninguno de estas áreas, ni tampoco en el de los Vehículos Submarinos No Tripulados Extra Grandes (XLUUV, por sus siglas en inglés). Por eso puso en marcha el programa Orca junto con Boeing, que acaba de mostrar las primeras imágenes públicas de sus pruebas en mar abierto, con la aparición estelar de un grupo de delfines incluida.

Todo está recogido en un escueto vídeo de 33 segundos compartido por Boeing Defense en su perfil de Twitter. "La autonomía completa y avanzada permite al vehículo operar durante meses en aguas abiertas, congestionadas y disputadas sin apenas intervención humana", se puede leer en el tuit.

Lo que se ve en el vídeo por encima de la superficie del agua es el mástil extensible del submarino, encargado de cumplir funciones como la conectividad por satélite, según revela el portal The War Zone. Es la primera muestra real de su capacidad operativa, que ha tardado más de lo esperado en demostrarse viable, con los sobrecostes que eso está suponiendo.

En septiembre de 2022, la Oficina de Rendición de Cuentas del Gobierno de EEUU concluyó que el programa superaba en al menos 242 millones de dólares (casi 220 millones de euros) su estimación de costes original, con un retraso acumulado de 3 años. Son un total de cinco los vehículos que la US Navy encargó a Boeing y actualmente la última entrega está prevista para junio de 2024. 

Un monstruo marino

El comienzo —oficial— del programa Orca comenzó cuando la Navy adjudicó a Boeing un contrato de 40 millones de dólares en 2017 para el desarrollo de un vehículo submarino autónomo. Tan solo dos años después, y viendo el relativo éxito del desarrollo, la misma rama naval adjudicó otros 43 millones con el pedido en firme de 4 unidades del XLUUV, que tomaba como base al Echo Voyager, un desarrollo realizado por la propia Boeing de un sumergible más pequeño.

En total, tras incorporar una quinta unidad a la lista de pedidos pendientes, el contrato ascendió a 274,4 millones de dólares para esta primera flota. Por el momento, se desconoce si la Marina incorporará más Orcas en el futuro. Lo que sí ha trascendido es que Boeing, junto con Huntington Ingalls Industries —astillero encargado de la construcción—, apostaron por un diseño modular para el XLUUV que le ha permitido crecer en tamaño.

La botadura del primer Orca

La botadura del primer Orca Boeing Omicrono

En concreto, se ha instalado un módulo central de transporte de unos 10 metros, especialmente ideado para acarrear minas, llegando a una eslora de 25 metros en total y unas 8 toneladas de capacidad de carga. Este espacio también será multipropósito, ya que puede servir desde almacén de esas minas submarinas hasta ser el lugar donde se instalará una sonda para el mapeo del fondo oceánico, según The War Zone.

Y es que, entre las condiciones que la Marina puso a Boeing, se encuentra la de que el Orca pueda llevar a cabo misiones de vigilancia submarina, guerra electrónica y barrido de minas. Pero la intención es ir mucho más allá: se espera que se integren torpedos y misiles de crucero y que sirva como plataforma de despliegue de drones aéreos en el futuro.

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El hecho de poder operar de forma autónoma abre numerosas opciones y ofrece ventajas significativas en misiones como el bloqueo de puntos marítimos estratégicos o el cierre de puertos enemigos. Por sus características, también podría destinarse a colocar minas en ríos, canales y zonas costeras poco profundas pasando desapercibido en territorio hostil.

El propio Pentágono describió en 2019 al Orca como un submarino con potencial de actualización que le permita "aprovechar los avances tecnológicos y responder a los cambios de amenazas" a medida que vaya trascurriendo su vida útil.

Orca en el muelle

Orca en el muelle Boeing

En cuanto al sistema de propulsión, los primeros reportes indican que empleará una hélice envuelta en una pieza que reduce sensiblemente el ruido bajo el agua. Un sistema que ya utilizan algunos submarinos y barcos de guerra de la Navy de Estados Unidos para pasar desapercibidos frente a equipos de sonar.

Inmersión de 3.300 metros

La motorización elegida es una híbrida diésel-eléctrica que permite un almacenamiento de energía en baterías para la propulsión de la hélice. Los encargados de recargar esas pilas serán unos motores de combustión que se activarán únicamente cuando el submarino se encuentre en la superficie del agua. Se espera que el Orca pueda alcanzar varios meses de autonomía ininterrumpida a una velocidad de crucero de 5,5 kilómetros por hora.

Boeing Echo Voyager

Si bien el resto de especificaciones técnicas se mantienen bajo secreto, sí se conocen las propias del Echo Voyager en el que se basa el Orca. Este submarino autónomo tiene una eslora de 15,5 metros en su versión más básica con una velocidad máxima de 15 kilómetros por hora y una capacidad de inmersión de 3.300 metros.

El Echo Voyager puede moverse tan solo con baterías a una velocidad máxima de 5 kilómetros por hora con una autonomía eléctrica de 240 kilómetros. Contando con los depósitos de combustible que recargan las baterías, dispone de un tiempo de uso entre repostajes de unos 6 meses con un rango de acción de 12.000 kilómetros.

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