El cohete Vulcan se lanza con éxito pese a un impresionante incidente en el motor lateral
- El cohete reutilizable de la United Launch Alliance sufrió un problema en uno de sus propulsores, lo que no impidió el éxito de su misión CERT-2.
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Hace escasos días el cohete Vulcan de la ULA se preparaba para su segundo lanzamiento de prueba, que tendría lugar hoy mismo 6 de octubre. Así ha sido; el lanzamiento de la misión CERT-2, que se ha podido seguir desde España ha finalizado con éxito, consiguiendo un nuevo hito en su certificación para la Fuerza Espacial de los Estados Unidos. Eso sí, el cohete Vulcan ha sufrido algunos fallos en este lanzamiento que podrían afectar a su proceso de certificación.
Apenas 39 segundos después del despegue del cohete llevado a cabo desde el Complejo de Lanzamiento Espacial 41 (SLC-41) de la Estación de la Fuerza Espacial de Cabo Cañaveral, se pudo observar una anomalía durante el ascenso en su trayectoria para salir de la atmósfera interior. Uno de los propulsores laterales parecía estar expulsando algún tipo de material, causando el asombro de los espectadores.
Sin embargo, el cohete Vulcan de la ULA ha podido continuar su vuelo sin problemas, corrigiendo su trayectoria y llevando a cabo la misión de forma exitosa. No solo el cohete ha conseguido alcanzar la órbita deseada, sino que la etapa superior Centaur V ha conseguido seguir el plan establecido de maniobras, dando por válida la prueba. Sin embargo, muchos internautas han apuntado a una posible boquilla SRB desprendida en pleno vuelo o a la pérdida de una tobera.
Éxito en el segundo vuelo del Vulcan
El lanzamiento de este segundo vuelo de certificación (CERT-2) pudo despegar a las 7:25 de la mañana hora local (13:25 de la tarde, hora peninsular española) desde el SLC-41 sin demasiados contratiempos. Recordemos que este era el segundo de los dos vuelos de certificación necesarios para que la Fuerza Espacial de los Estados Unidos tuviera su visto bueno para usar el Vulcan en sus labores. Así, la ULA asegura haber completado "todos los requisitos para la certificación".
El siguiente paso, explican desde la ULA, es revisar los datos obtenidos de esta misión y compararlos con el primer vuelo de certificación, con el objetivo de comprobar que efectivamente el vehículo funcionó como se esperaba, sin elementos adicionales a revisar. La Fuerza Espacial de los Estados Unidos deberá llevar a cabo una evaluación completa para verificar todo esto.
The United Launch Alliance #VulcanRocket lifts off at 7:25 a.m. EDT (1125 UTC) on the second Certification (#Cert2) flight test. https://t.co/eWLyIiIUE6 pic.twitter.com/NWuzNXQxCW
— ULA (@ulalaunch) October 4, 2024
El problema llega con la anomalía del cohete. Uno de los dos propulsores de combustible sólido sufrió una aparente anomalía durante el ascenso, siendo claramente visible desde el cielo. Además, la separación de los dos propulsores de combustible sólido GEM 63XL (SRB) del Vulcan se efectuó casi 30 segundos después de la timeline establecida por la propia ULA de forma previa al lanzamiento.
En la transmisión del lanzamiento, la compañía explicó que la trayectoria fue "nominal en todo momento", lo que se traduce en una normalidad, al menos en las primeras etapas del despegue. Por otro lado, aclararon que esta anomalía sería investigada tras completar CERT-2. "Tuvimos una observación en el SRB número 1, por lo que nos iremos a observarla una vez se complete la misión".
La teoría actual gira en torno precisamente a un desprendimiento de la boquilla, ya que fue totalmente visible. Las imágenes de la cámara de seguimiento recogieron la lluvia de chispas (y el aparente desprendimiento de elementos), así como la columna de humo cambiante resultante tras el fallo. De nuevo, esto no impidió el buen resultado del lanzamiento.
Queda por ver si este fallo afecta finalmente a la certificación de la Fuerza Espacial de los Estados Unidos. Cabe aclarar que estos propulsores gozan de una importancia vital a la hora de conseguir el empuje requerido para impulsar el vehículo espacial a la órbita. No obstante, no se ha determinado la gravedad del problema, por lo que es imposible saber cómo influirá en la decisión de la entidad estadounidense.