El astronauta Pablo Álvarez en la ESAC

El astronauta Pablo Álvarez en la ESAC Gustavo Valiente Omicrono

Defensa y Espacio

Pablo Álvarez, el astronauta español de la ESA: "Ir a la ISS sigue siendo muy peligroso, está en los límites de la tecnología"

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En el terreno científico y tecnológico, un astronauta es lo más parecido a una estrella del rock. Y el leonés Pablo Álvarez, que desde abril de este mismo año es el primer astronauta profesional español desde hace tres décadas, es muy consciente de ello. Su presencia en España se está dejando notar en programas de televisión como La Revuelta y en encuentros con la prensa, como el que tuvo lugar ayer en el Centro Europeo de Astronomía Espacial (ESAC) en Villanueva de la Cañada, a las afueras de Madrid.

Sonriente y relajado, ataviado con su inseparable chaqueta azul con la bandera española en una manga y el parche de los Hoppers (nombre de su promoción) en la otra, Álvarez repasó con EL ESPAÑOL - Omicrono algunos de los momentos clave de su entrenamiento hasta la fecha. "Me quedo con la sensación de usar el traje por primera vez", aseguró, instantes antes de mencionar cómo a uno de sus compañeros se le cayeron las uñas tras quitarse los guantes después de 6 horas de duro entrenamiento sumergido en la piscina del centro de la NASA en Houston. Cosas de astronautas.

Ahora, mientras espera a que se le asigne su primera misión a la Estación Espacial Internacional, Álvarez tampoco descansa. "Un astronauta no para nunca", asegura. En 2025 su calendario está a tope: entrenamiento con el brazo robótico de la ISS en Canadá, control de misión en Eurocom "para ayudar a mis compañeros en el espacio", y sus primeros pasos como piloto de aviones.

¿Qué sintió cuando le dijeron que había sido elegido para formar parte de esta promoción de astronautas de la ESA?
Cuando me llamó el director general de la Agencia Espacial Europea la sensación fue muy fuerte. Es un momento que no voy a olvidar nunca. Por otro lado, me dijeron que no podía compartirlo con nadie, era secreto hasta que se anunciara oficialmente. Pasados 18 meses de proceso de selección, algo así te genera mucha presión porque no quieres estropearlo todo por contárselo a alguien o que se filtre, pero la alegría no es completa hasta que no lo compartes con los tuyos. Por eso creo que tardé un poco en asumirlo y en celebrarlo.

Pablo Álvarez durante la entrevista

Pablo Álvarez durante la entrevista Gustavo Valiente Omicrono

¿Cómo vive su entorno más cercano el hecho de que vaya a ir al espacio?
Están muy orgullosos y muy contentos, pero a medida que se acerca la misión van siendo más conscientes de lo que supone y eso genera distintas sensaciones. Hace poco estuve con una astronauta y su madre y le pregunté a la madre qué había sentido durante el lanzamiento. Y su respuesta fue: ‘He sentido todo: alegría, orgullo, miedo, inquietud…’. Me gustó mucho esa respuesta, creo que define bastante bien cómo se tiene que ver desde fuera.

En el tiempo que ha pasado desde que empezó el proceso, ¿se ha arrepentido en algún momento de haber dado el paso de presentarse como candidato?
Ni un segundo. No he tenido ninguna duda. No ha habido ningún día, ni siquiera he tenido el típico lunes en el que te levantas a las 7 de la mañana y dices 'buf, qué pereza ir al trabajo'. Todas las semanas son apasionantes, siempre hay algo nuevo que aprender. Nuestro trabajo actualmente consiste en formarnos, en aprender cada día cosas nuevas, y se disfruta mucho.

De todo el entrenamiento que ha llevado a cabo hasta ahora, ¿cuál sería la materia en la que más ha aprendido?
En cuanto a volumen, lo más importante es todo lo que aprendemos sobre la Estación Espacial Internacional, toda la operativa, la arquitectura, los sistemas de soporte vital, cómo se genera el oxígeno, cómo se extrae el CO2, cómo funciona cada ordenador, el wifi, los enchufes, los paneles solares y los mecanismos para transmitir la electricidad... También tenemos que estudiar cómo es la parte rusa y sus diferencias con la parte europea y la parte estadounidense, cómo funciona cada uno de los armarios de experimentos, todos los procedimientos de seguridad y emergencias… Ha sido un entrenamiento bastante intensivo.

¿Qué expectativas tiene para la próxima asignación de misiones?
Soy positivo, porque sé que toda nuestra promoción va a viajar a la ISS antes de 2030 y eso para un astronauta es muy poco tiempo. Las misiones espaciales tienen plazos muy complicados de cumplir, se suelen retrasar, pero en este caso estoy convencido de que va a ser así y esperar 3, 4 o 5 años no es excesivo dentro de la carrera de un astronauta.

¿Teme que la ISS quede en un segundo plano mientras las agencias espaciales convierten en una prioridad ir a la Luna o a Marte? ¿Cree que le dará tiempo a viajar a la estación antes de que acabe su vida útil?
El plan para deorbitar la Estación Espacial Internacional está previsto para 2030 o 2031. Y para hacerlo se necesita todo el desarrollo del proyecto que la NASA ha subcontratado con SpaceX. Ese plan se va a mantener y, por lo menos hasta 2030, vamos a tener una Estación Espacial Internacional. También necesitamos un poco de tiempo para que las estaciones privadas en la órbita baja se construyan, se lancen y empiecen a funcionar. Así que no, no tengo miedo porque ese plan se acelere o cambie, estoy bastante convencido de que la ISS se va a mantener por lo menos hasta 2030. Por supuesto, estamos en un sector muy vivo, que está viviendo una revolución y todo puede cambiar, pero no creo que esa sea una de las cosas que vayan a modificarse a corto plazo. 

Necesitamos un poco de tiempo para que las estaciones privadas en la órbita baja se construyan, se lancen y empiecen a funcionar

La ISS está en sus últimos años de vida y son cada vez más frecuentes las noticias de fugas, los problemas de la Starliner de Boeing… Como futuro habitante de la estación, ¿le inquieta lo que pueda suceder en ese viaje?
La ilusión puede con todo, pero hay que ser conscientes de que aunque para el gran público parece algo rutinario ir a la ISS y salir al espacio, sigue siendo muy peligroso y que está en los límites de la tecnología y la ciencia. Hacer una cápsula tripulada no es fácil. De hecho, Estados Unidos estuvo sin acceso al espacio, desde que cancelaron el Shuttle hasta que la Dragon voló fueron muchos años. Que una potencia como esa estuviera tanto tiempo dependiendo de Rusia para acceder al espacio te da una idea de lo complicado que es hacerlo y de forma segura.

En cuanto a la geopolítica del espacio, en esta segunda carrera espacial en la que China tiene su propia estación, Rusia está de capa caída, la NASA vive tiempos turbulentos… ¿qué papel le corresponde a la ESA?
La Agencia Espacial Europea tiene contribuciones muy importantes al programa Artemis, la ISS y en general varias colaboraciones con EEUU, también ahora con India, después de que uno de los Sentinel haya sido lanzado con un cohete indio… Cada vez hay más actores dentro del sector y el papel de la ESA, que tiene 22 estados miembros, tiene que ver con engrasar esa colaboración internacional, ampliando esos acuerdos para hacer proyectos que un único estado no puede llevar a cabo por sí sólo.

Pablo Álvarez en las instalaciones de la ESAC

Pablo Álvarez en las instalaciones de la ESAC Gustavo Valiente Omicrono

¿Cómo valora la creación de la Agencia Espacial Española? ¿Cree que es uno de los puntales de cara al futuro del país en el sector aeroespacial?
Aunar en un organismo todas las competencias espaciales, en un sector que está creciendo tan rápido y que cada vez va a estar más presente en nuestras vidas, es algo muy importante. Es una manera de tener una única voz cuando vamos a Europa o a la NASA para los distintos proyectos, pero también para la gestión de prioridades y de asignación de recursos, para tener una estrategia como país. Es un elemento más que tenemos en España dentro de este gran momento que estamos viviendo en el sector espacial y que se va a materializar con una presencia española en el espacio mucho más frecuente.

Cuando ve los lanzamientos de prueba de la Starship, ¿se visualiza en el interior viajando a la Luna o a Marte?
Es un sueño y queda muy lejos todavía. Pero ver la revolución que está suponiendo, ese avance tecnológico tan brutal y tan rápido que significa la Starship, es tremendo. Estuve presente en la primera recuperación del Super Heavy, lo vi a 5 km de distancia en directo y fue increíble. Se te ponen los pelos como escarpias cuando te das cuenta de que estás viviendo la historia de la aeronáutica.

Queda todavía mucho que demostrar, espero que este año sean capaces de hacer el reabastecimiento de combustible. Es quizá el punto clave para ver si funciona ese concepto o no, porque sin eso la Starship se quedaría en una nave de órbita baja. También estoy muy contento de ver que Europa tiene otra vez acceso al espacio con los vuelos del Ariane 6 y Vega-C, y eso supone un paso fundamental, porque el espacio va a ser cada vez más importante en el futuro.

Tras el último retraso anunciado por la NASA del programa Artemis, ¿espera que se respeten esos tiempos o cree que el regreso del ser humano a la Luna se va a retrasar aún más?
Veremos qué pasa con la nueva administración de la NASA y todos los cambios que se anuncian. Sabemos que los plazos en el espacio siempre son muy ambiciosos y es bastante normal tener algún que otro retraso. Confío en el nuevo plazo que han dado… hasta que no lo cumplan (ríe).