La diferencia más notable al pasar de un coche viejo a uno moderno no es la tecnología implementada o la mayor seguridad: es la visibilidad. Antes, cuando te montabas en el coche podías ver con claridad y sin muchos "puntos ciegos".
En cambio, hoy en día la visibilidad es cada vez más limitada, por culpa de unos pilares más gruesos, un diseño más estilizado y un tamaño mayor del propio coche. Como resultado, tenemos que depender de tecnologías como el aviso de punto ciego para saber si tenemos un coche justo al lado en la autopista, por ejemplo.
Hay muchos motivos por los que esto ocurre. A veces es por simple seguridad: unos pilares más gruesos permiten incluir airbags y una mayor resistencia en caso de vuelco. En otros, es por una simple cuestión de diseño y aerodinámica, con pilares que son cada vez menos rectos.
Una ingeniosa solución a los puntos ciegos
Sea como sea, es muy posible que vayas conduciendo y de repente "aparezca" una bicicleta o una moto que no podías ver. La solución, o al menos la inspiración necesaria para alcanzar la solución, puede estar en la mente de una adolescente de 14 años de Pensilvania, EEUU.
Alaina Gassler ha ganado la competición nacional Broadcom MASTERS, dedicada a jóvenes talentos en matemáticas, ciencia aplicada, tecnología e ingeniería, y todo por un concepto de pilar "invisible", que nos permite ver lo que hay detrás.
Consiste en montar una cámara en el exterior del pilar A (el primero y el que más nos puede molestar) en el lado del pasajero. Esta webcam transmite en directo el vídeo a un proyector, que se instala justo encima de donde el conductor se sienta.
De esta manera, el proyector muestra lo que hay tras el pilar, y si se enfoca y se coloca correctamente, realmente parece que la imagen "continúa". Parece simple, pero Gassler se encontró con varios desafíos, como la necesidad de imprimir piezas especiales para enfocar el proyector en una distancia tan corta.
Pero entonces se encontró con el problema de que la superficie del interior de un coche no es muy reflectante. El resultado era una imagen borrosa que provocaba dolor de cabeza después de conducir un rato.
Para solucionarlo, tuvo que recubrir el pilar de una superficie más reflectante para que realmente funcionase; esto es importante porque es un material que sólo refleja la luz directamente a la fuente, el proyector. Y como los ojos del conductor estarán en la misma línea, la imagen es clara, pero los ocupantes sólo ven un recubrimiento oscuro en el pilar.
Es un concepto ingenioso, y que podría funcionar con la tecnología actual. De hecho, algunos coches hacen algo parecido: el Audi e-tron no tiene espejos retrovisores, sino cámaras que reproducen el vídeo en unas pantallas integradas en el interior. Se podría hacer lo mismo para integrar una pantalla en el pilar.
Por el momento, Glasser ha recibido 25.000 dólares de la Samueli Foundation, y ha demostrado a todo el mundo el potencial que tiene como inventora e ingeniera.