La lucha contra el coronavirus es simple: tenemos que evitar salir a la calle y contactar con otras personas, y lavarnos las manos. Es irónico que sea tan difícil. El mero hecho de abrir una puerta, especialmente en un sitio público, puede hacer que suframos el COVID-19.
Eso es porque el coronavirus SARS-CoV2 es capaz de sobrevivir en muchas superficies durante hasta tres días, dependiendo de las condiciones. Si un infectado abre una puerta, es posible que la siguiente persona también lo vaya a ser.
Es importante no caer en la paranoia con ese tipo de cosas, y simplemente tomar medidas como el mencionado lavado de manos puede ser suficiente. Otra posibilidad es cambiar el diseño de los pomos y manillares de las puertas, como ha demostrado la empresa belga Materialise.
Los diseñadores de Materialise han creado un abridor de puertas impreso en 3D, que no requiere del uso de las manos. Es un diseño muy sencillo, pero esa es la intención. Y es que el objetivo es que cualquiera con una impresora 3D a mano pueda fabricar y montar su propio abridor.
El accesorio está diseñado para ser unido a una manija usando simplemente unos tornillos, que unen las dos piezas que hay que imprimir en 3D. No hace falta hacer agujeros.. Una vez instalado, para abrir la puerta lo único que tenemos que hacer es pasar el brazo y abrir la puerta con un movimiento del antebrazo.
Es un movimiento más seguro que tocar directamente la manija, aunque no es perfecto. Es posible que este accesorio sea tocado sin querer o que el virus permanezca en su superficie, así que pese a todo es recomendable desinfectarlo de vez en cuando.
Es posible descargar los archivos necesarios para imprimir en 3D este accesorio directamente desde la página oficial; además, Materialise también permite hacer pedidos de accesorios ya impresos. Esta es una de esas ideas simples que pueden ayudar a frenar la curva.