España también tendrá un ‘índice de reparabilidad’, que explicará al usuario si el producto electrónico que va a comprar es difícil de reparar. La medida ha sido anunciada hoy por el ministro de Consumo, Alberto Garzón, como respuesta a las recomendaciones del Parlamento Euroeo.
Fue el pasado noviembre cuando la cámara europea reconoció el llamado ‘derecho a reparar’, implementando varias medidas con las que se pretende luchar contra la obsolescencia programada, uno de los grandes problemas denunciados por las asociaciones de consumidores en todo el mundo.
Escándalos como los iPhone que perdían potencia con el tiempo, o el aumento exponencial de la basura electrónica en los últimos años, han tenido respuesta en asociaciones de consumidores en Europa y los EE. UU., que han redoblado su apuesta por el ‘derecho a reparar’.
'Derecho a reparar' en España
Aunque el Parlamento Europeo no impuso ninguna ley, sí que apremió y recomendó a los países miembro que implementasen medidas para concienciar a la población y mejorar la reparabilidad de los dispositivos electrónicos.
Francia fue la primera nación en cumplir estas recomendaciones, y de hecho, se adelantó a la decisión del Parlamento con el ‘índice de reparabilidad’, que ya siguen empresas como Apple en el país galo.
Hoy, el ministerio de Consumo ha confirmado que seguirá los pasos del país vecino, implementando su propio índice de reparabilidad; esta será una puntuación que tendrán que llevar todos los aparatos eléctricos y electrónicos, indicando lo difíciles que son de reparar.
Garzón ha hablado de “concienciar” a los consumidores, asociando el ‘derecho a reparar’ con un “derecho de información” y a la “transparencia” necesaria sobre el funcionamiento de los dispositivos vendidos en España.
Para ello, Garzón plantea dos 'frentes', uno el plan integral de consumo saludable centrado en la promoción de hábitos que mejoran la salud, y el otro un paquete de medidas para mejorar la reparabilidad de los aparatos vendidos en España, incluyedo el mencionado índice.
Cómo será el índice
El índice de reparabilidad es una puntuación de 0 a 10, que aparecerá en tiendas y páginas web al lado de los productos a la venta; cuanta mayor sea la puntuación, más fácil será reparar el dispositivo cuando deje de funcionar correctamente y continuar usándolo.
Para el cálculo de este índice se tendrán en cuenta cinco criterios básicos, y no todos se refieren estrictamente a lo fácil que sea abrir el dispositivo y cambiar las piezas necesarias.
Por ejemplo, también se tendrá en cuenta la relación de precio entre esas piezas de repuesto y el producto original; si reparar el móvil nos cuesta casi tanto como uno nuevo, la puntuación sería baja. También se tendrá en cuenta la documentación que el fabricante ofrezca, así como los posibles obstáculos que haya para reiniciar el software para volver a usarlo desde cero.
Cada criterio podrá ser puntuado con 20 puntos como máximo, y la suma de todos se dividirá entre 10 para obtener el índice final.
Sin embargo, y al igual que en Francia, Garzón no contempla que sea el Gobierno el que calcule el índice, dejando en manos de los propios fabricantes esta tarea. Por lo tanto, serán las marcas las que decidan lo difíciles que son de reparar sus dispositivos, basándose en las guías del Gobierno; pero Consumo y Vigilancia del Mercado se encargarán de supervisar que las etiquetas son correctas.
La experiencia de Francia nos dice que hay mucha variación entre los dispositivos vendidos en la actualidad, y que un pequeño cambio como el uso de un procesador diferente puede empeorar seriamente la puntuación final. Sin embargo, Garzón defiende la medida presentándola como “una ventaja” para las empresas, ya que podrán diferenciarse mejor unas de otras presentándose como más sostenibles frente a sus competidoras.
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