
Sistema de calefacción por suelo radiante y montones de arena.
Ni calefacción ni suelo radiante: el genial invento que reduce la factura y calienta toda la casa utilizando solo arena
Este sistema que combina energía solar y arena promete cambiar para siempre la forma en la que calentamos nuestros hogares.
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La calefacción en los hogares españoles supone un gasto medio de 640 euros al año, según datos de la Organización de Consumidores y Usuarios (OCU). Una cifra que puede llegar a elevarse incluso más, según la evolución de los precios de la energía. Entre los sistemas más sostenibles en los hogares españoles, destacan las bombas de calor y la biomasa. Sin embargo, ahora hay un nuevo sistema de calefacción que ya se posiciona como una posible solución ganadora.
Desarrollado por un equipo de investigadores chinos, este sistema representa un importante avance en el uso de energías renovables y en la reducción del consumo de combustibles fósiles. La tecnología ha sido impulsada por las universidades tecnológicas de Zhongyuan y Dalian, que tras años de investigación han diseñado un sistema basado en una bomba de calor alimentada por energía solar y conectada a un suelo térmico compuesto por arena.
El secreto de esta innovación reside en el propio suelo térmico, capaz de almacenar y liberar calor de forma controlada. Gracias a este mecanismo, el interior de la vivienda se mantiene caliente durante todo el día, sin depender de la temperatura exterior ni de la presencia de sol. Esto es posible gracias a un colector solar térmico de alta eficiencia que absorbe radiación incluso en días nublados, garantizando así un suministro constante de calor.
El invento que sustituirá a la calefacción tradicional
Esta última innovación en calefacción doméstica llega desde China y está sorprendiendo por su sencillez y efectividad. Su sistema combina energía solar y arena para mantener una temperatura estable en el interior del hogar. El principio es simple: aprovechar el calor del sol, almacenarlo y liberarlo poco a poco durante el día y la noche. Pero su funcionamiento está respaldado por una ingeniería muy bien pensada.
En total, este sistema se compone de cuatro elementos clave: un colector solar térmico, un depósito de almacenamiento de calor, una bomba de calor solar-aire y un suelo térmico hecho con arena. El proceso comienza cuando el colector capta la radiación solar, que se transfiere al depósito.
Desde allí, el calor se distribuye hacia un suelo especial formado por una capa de arena de unos 20 centímetros de grosor. Debajo de esa capa, unas tuberías conectadas a bombas mueven el agua caliente, permitiendo que el calor se libere de manera progresiva dentro de la vivienda.
La clave está en la arena, que actúa como una batería térmica natural. Absorbe el calor durante las horas de sol y lo va soltando poco a poco, incluso cuando ya ha oscurecido o el día está nublado. Para reforzar la eficiencia, la bomba de calor solar-aire se encarga de mantener la temperatura constante, ayudando especialmente cuando la radiación solar es escasa.
Modos de funcionamiento y aplicaciones
El sistema ha sido diseñado para adaptarse a diferentes condiciones climáticas mediante cuatro modos de funcionamiento que buscan maximizar el ahorro energético sin renunciar al confort del hogar. En días soleados, el sistema opera de forma completamente autónoma, aprovechando la radiación solar para calentar tanto el depósito como el suelo térmico, manteniendo así una temperatura agradable sin necesidad de recurrir a fuentes de energía adicionales.
Cuando el cielo está cubierto o llueve, el sistema cambia de estrategia y utiliza el calor que previamente se ha almacenado en el suelo de arena. En ese caso, una bomba hidráulica se encarga de distribuir ese calor de manera gradual para asegurar que la vivienda se mantenga caliente incluso cuando no hay sol. También existe un modo combinado que permite aprovechar al máximo la energía solar durante el día y activar la bomba de calor por la noche, lo que garantiza un funcionamiento continuo del sistema durante las 24 horas.
Por último, el modo ahorro está pensado para quienes buscan reducir aún más el consumo energético: el sistema funciona únicamente durante el día con la bomba de calor y se apaga por la noche, lo que supone un equilibrio eficiente entre confort y sostenibilidad.
En cuanto a su aplicación en la actualidad, destacan una de las pruebas más significativas de esta tecnología que se llevó a cabo en una vivienda unifamiliar situada en una zona remota de la región china de Mongolia Interior, donde las temperaturas pueden ser extremadamente frías. Durante nueve días de pruebas, el sistema logró mantener el interior de la casa entre los 17,4 °C por la noche y los 20,2 °C durante el día, a pesar de que las temperaturas exteriores oscilaron entre los -18,4 °C y los 12,3 °C, lo que demuestra la efectividad del sistema incluso en condiciones climáticas adversas.
Aunque todavía no se ha dado a conocer el coste exacto de instalación, los investigadores aseguran que esta tecnología está pensada para ser una opción accesible, especialmente en zonas rurales o alejadas de las redes energéticas convencionales. Su objetivo es ofrecer una alternativa de calefacción eficiente y sostenible que permita a más familias beneficiarse del uso de energías renovables, reduciendo los costes a largo plazo y mejorando su calidad de vida. Una alternativa prometedora frente a los sistemas de calefacción tradicionales.