De hace un tiempo a esta parte hemos ido viendo el desgaste de Nokia, que ha hecho que pierda poco a poco cuota de mercado en sus dispositivos móviles a favor de otras compañías como Samsung, LG, HTC o Apple por citar algunas. En concreto esas pérdidas hablan de 487 millones de euros y para que tengáis una referencia, el año pasado por estas fechas la compañía contaba con 295 millones… de beneficios.

Estos datos corresponden al segundo trimestre y si ya en el primero contaban con pérdidas, el desplome en este segundo trimestre de 2011 ha sido mucho más pronunciado. Esto evidencia que la venta de móviles está disminuyendo de manera que va a obligar a Nokia a buscar una solución.

Stephen Elop, CEO de la compañía, ha reconocido estos pésimos resultados afirmando que son “claramente decepcionantes”. De la misma forma ha añadido que “los desafíos a los que se están enfrentando a causa del cambio de rumbo se han manifestado en una forma mayor de lo esperado en el segundo trimestre de 2011”.

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Aún teniendo presente los datos negativos, ha tratado de quitar hierro al asunto de cara a los inversores, dejando algunas frases que invitan al optimismo tales como que Nokia está actuando y por ello ya se “ha empezado a tener un resultado positivo en la salud subyacente de nuestro negocio”, “se muestran algunos avances evidentes” y “están haciendo un progreso mejor de lo esperado hacia los objetivos estratégicos”.

Nokia ha tenido un problema muy grande y no ha sido otro que el quedarse atrás en la continua evolución a la que se estaba sometiendo al mercado de los teléfonos móviles. Hace unos años Nokia fue una de las marcas más reconocidos y apreciadas, pero Samsung fue el primero en detectar cambios en las tendencias y supo moverse con rapidez. Un ejemplo muy claro es el cambio a los móviles de pantalla táctil, y aunque en un principio dejaban bastante que desear la calidad de estos modelos, poco a poco se fueron haciendo un hueco y a día de hoy las pantallas táctiles dominan el mercado. Incluso con la llegada de los smartphones, (sin contar a Apple) fue Samsung de las primeras compañías que supo moverse y arriesgar, de la misma manera que hizo HTC. A día de hoy, Samsung se eleva como el principal proveedor de telefonía móvil, junto con Apple.

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Lo que está claro que Nokia no ha sabido o no ha querido adaptarse a los cambios y Symbian ha sido un lastre demasiado grande. Pero, ¿qué hubiera pasado si Nokia hubiera apostado por Android? El nombre que tiene Nokia junto con el Sistema Operativo para dispositivos móviles número 1 actualmente podría haber sido una apuesta ganadora para la compañía finlandesa.

También está la jugada de Nokia de incluir Meego en su modelo N9, para después declarar que aunque las ventas de este dispositivo fueran millonarias no iban a incluir más este sistema en ninguno de sus móviles. Me queda la duda si se hubiera apostado por Meego, hubiera sido un éxito o quizá se hubiese estancado como Bada en el caso de Samsung, que parece que no termina de despegar.

Finalmente Nokia se juega todo a una carta. Y esa carta tiene el nombre de Windows Phone. Si le sale bien la jugada puede convertirse en el buque insignia de los Windows Phone, tal como ocurrió en su día con HTC convirtiéndose en el abanderado de Android. De momento puede darles un empujón el hecho de que Microsoft saque actualizaciones de forma escalonada para hacer frente a Android e iOS, siendo Mango la primera de ellas.

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Esta es la bombona de oxígeno a la que se agarra y parece que no quiere agarrarse a más. ¿Qué pasará entonces si no sale bien?

Fuente | The Inquirer