¡Ya casi está aquí el verano! Y con él, la mayoría solemos tener más tiempo libre para llevar a cabo todo tipo de proyectos, ya sean grandes proyectos, como ese viaje que llevamos preparando hace meses, o un poco más humildes, como leer esos libros que tenemos pendientes, empezar a ver esa serie tan de moda de la que todo el mundo habla, o ¿por qué no?, jugar a aquella vieja gloria que siempre quisimos jugar. Monkey Island, Final Fantasy, Chrono Trigger… se me ocurren infinidad de sagas y juegos que a día de hoy son considerados verdaderas obras de arte. Pero ¿qué hacer cuando ya no disponemos de la plataforma adecuada para correr ese juego? Pues aquí tenemos algunas alternativas para comenzar nuestra nueva aventura:

Obtener parches de compatibilidad

Muchos desarrolladores han lanzado parches de compatibilidad para sistemas operativos actuales. Para obtener este parche, en caso de que lo hubiera, tan solo tenemos que dirigirnos a la web oficial del desarrollador, o distribuidores como Steam, y buscar entre las últimas novedades del juego en cuestión. Tendremos la posibilidad de volver a descargar un título ya adquirido o comprarlo al instante.

Un par de ejemplos son Doom y Starcraft. En Steam están disponibles varios títulos de la saga Doom, en diferentes packs bastante asequibles, entre los que se encuentran varias versiones que corren sin ningún problema en Windows 7 (y por supuesto en Wine o Cedega). En el caso de Starcraft, si tenemos nuestra copia registrada con una cuenta de Battle.net, podemos descargarlo e instalarlo desde la web oficial cuantas veces queramos, en caso contrario también podemos adquirirlo en su formato virtual.

Si ya hemos adquirido el juego con anterioridad y aún guardamos el código de licencia, tan solo tenemos que asociarlo a una cuenta. Por ejemplo, Steam tiene un apartado para añadir juegos, en el cual podemos introducir dicho código de licencia para desbloquear el juego en nuestra cuenta. Blizzard y otros desarrolladores, tienen sus propios métodos para asegurar la descarga de cualquier título adquirido con anterioridad o comprarlo al momento. La mayor ventaja de este sistema, es que siempre tendrás la versión más actualizada de tus juegos favoritos, listos para descargar en cualquier momento, en lugar de tener que buscar aquel CD de los 90 ligeramente deteriorado.

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Ejecutar programas en modo de compatibilidad

Todas las versiones actuales de Windows vienen con la opción de ejecutar cualquier programa en el llamado “modo de compatibilidad”, el cual nos brinda la capacidad de ejecutar programas diseñados para sistemas operativos más antiguos. Para ello, tan solo tenemos que hacer clic con el botón derecho del ratón sobre el icono de la aplicación, y tras seleccionar “Propiedades”, nos dirigimos a la pestaña “Compatibilidad”. Desde aquí tendremos la opción de seleccionar la versión del sistema operativo para el que inicialmente fue diseñado el juego en cuestión.

Si bien este método no es infalible, existe la posibilidad de utilizar el modo de compatibilidad a la hora de instalar el juego, lo cual puede ahorrarnos muchos problemas, sobre todo en los casos en los que nos falle la ejecución en modo de compatibilidad. Aunque tampoco es un método fiable al 100%, digamos que en la mayoría de los casos no será la solución más efectiva, pero nunca está de más probarlo dado lo sencillo que resulta.

La última alternativa con respecto a modos de compatibilidad, consiste en correr la versión del sistema operativo que necesitamos en una máquina virtual (usando por ejemplo VirtualBox). De esta manera debemos utilizar los recursos que consideremos exclusivamente necesarios a la hora de lanzar la máquina virtual, o de lo contrario, podríamos llegar a experimentar ciertos problemas de rendimiento.

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Usar un emulador

Lo primero: los emuladores no son ilegales per se. Aunque la descarga de ROMs suele ser terreno delicado… dado que es técnicamente ilegal en la mayoría de los casos. Usar un emulador tiene muchas ventajas, en el caso de que estemos hablando de un juego de consola: guardar partida en el momento que queramos, ajustar los controles a nuestro gusto (ya sea un pad o el teclado del PC), tomar capturas de pantalla, etc.

Existen infinidad de emuladores de muchísimos sistemas. Un par de ejemplos son el famoso MAME, para jugar a todos aquellos juegos que teníamos en los salones recreativos, y ScummVM, especialmente orientado a las clásicas aventuras gráficas de época, como Maniac Mansion, Simon the Sorcerer, Broken Sword… En el caso de disponer del juego de PC, tan solo tenemos que instalar el emulador de la plataforma que necesitemos para correr el juego. Si se trata de un juego de consola, necesitaremos el emulador y la ROM de ese juego, ambos suelen encontrarse fácilmente tras una búsqueda por Google, pero ya entramos en el turbio terreno legal de las ROMs…

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Descargar un fanmade

En ocasiones, ocurre que un juego cala tanto entre los aficionados, que estos acaban haciendo una versión del mismo. Estas versiones suelen contar con características o mejoras que todos hubiéramos deseado a la hora de jugar el título original, dado que estas versiones se hacen por y para fans.

El ejemplo por excelencia de este tipo de remakes es Black Mesa. Black Mesa es una versión del conocido título de PC Half-Life, usando el motor de juego de Half-Life 2. Si bien su desarrollo aún no está terminado por completo, ya puede ofrecernos muchas horas de entretenimiento con tan solo descargarlo gratuitamente desde su web oficial. En algunas ocasiones, se han llegado a desarrollar juegos completamente independientes basados en míticas sagas, como es el caso de la inmensa variedad de fanmades del universo Sonic.

El problema de este tipo de versiones, como ya habréis podido imaginar, es la cuestión de propiedad intelectual. No existen fanmade de todos los juegos que desearíamos, debido a que en muchas ocasiones, todo un equipo de desarrollo independiente enfrenta su excelente trabajo a la voluntad de la compañía que desarrolló el título original, llegando en ocasiones a luchas interminables sobre la legalidad de la versión fanmade. Aunque cabe resaltar lo particularmente amistosos que son los tipos de Valve con este asunto, lo cuales son entre unos pocos, la excepción que confirma la norma.

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Contactar al distribuidor o asumir la extinción

En última instancia, si ninguno de estos métodos ha surtido efecto, sólo nos quedaría contactar con el distribuidor o desarrollador del título en cuestión, para ponerles al corriente de que seguimos interesados en jugar a su juego. Aunque en la mayoría de los casos este ruego suele ser ignorado, sí que ha habido rectificaciones por parte de algunas compañías debido al número de solicitantes.

En raras ocasiones, se ha tenido que admitir la extinción total de un videojuego, pero tal suceso puede darse, si este juego no tuvo el éxito que se esperaba, y la plataforma en la que se ejecuta pasó a mejor vida sin posibilidad de encontrar un emulador compatible. ¿Has sufrido la extinción de algún videojuego? ¿Qué juegos recuerdas con más cariño? No dudéis en recomendarnos ese juego que os marcó de por vida…