Una familia busca "mochila" y "olla a presión" y acaba con fuerzas anti-terroristas en casa
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En las últimas semanas hemos publicado varias noticias que tratan de cómo las diversas ramas del gobierno de los estados unidos espían a los usuarios de Internet, usando el pretexto del terrorismo. Esto lleva a mucha gente a preguntarse, ¿cómo de precisa es la vigilancia que sufrimos cuando navegamos por Internet? Lo que para una persona común puede ser una búsqueda inocente, a los ojos de un miembro de la ley puede ser prueba irrefutable de un delito. Ya se conoce el dicho, “Cuando la única herramienta que tienes es un martillo, todo problema empieza a parecerse a un clavo”.
Algo así le ocurrió a una familia de Long Island que un día fue visitada sin avisar por un grupo de seis agentes, que les interrogaron con la finalidad de saber si tenían bombas caseras en su casa, con cuestiones como si alguna vez habían investigado cómo hacerlas. Estaba claro que de repente se habían convertido en sospechosos de terrorismo, pero no tenían ni idea del porqué. Además, no quedaba claro de qué agencia formaban parte los agentes que de repente estaban inspeccionando toda la casa, desde el garaje hasta los libros de las estanterías. Simplemente se identificaron como “una fuerza conjunta contra el terrorismo”, que con el paso del tiempo pasó a ser “FBI”, hasta que finalmente quedó claro que eran agentes locales.
Al final, hablando se entiende la gente, o al menos lograron convencer a los agentes de que no eran terroristas sedientos de sangre. Pero, ¿por qué habían sospechado de ellos? Pues porque uno de los miembros había buscado “mochilas” y otro había buscado “ollas de presión”. Aunque eran dos búsquedas que no tenían nada que ver, y realizadas por personas diferentes, para algunos esto era poco menos que una confesión.
Aunque en un principio se sospechó que Google podría haber otorgado esas búsquedas a la policía, en realidad todo empezó porque la empresa para la que trabajaba el marido las filtró y pensó que su empleado podía ser un asesino despiadado (pasa constantemente). De ahí que pasase la información a la policía y que esta reuniese a un grupo de élite compuesto por los mejores policías locales (ejem) para investigar.
Toda la historia sería un poco surrealista si viviésemos en otra época en la que el terrorismo y el espionaje no fuesen tan comunes, si bien el segundo lo es mas que el primero. De hecho, en una conversación con uno de los agentes este admitió que hacían unas 100 visitas semejantes a la semana, de las cuales 99 eran totalmente infructuosas, sin aclarar en qué consistía el 1% restante.
Fuente | The Atlantic Wire