Si de algo ha servido el RGPD (o GDPR), el nuevo reglamento de protección de datos implementado por la Unión Europea, es para que muchos clientes se den cuenta de cuántos datos obtienen sus servicios y compañías preferidos. La normativa, en vigor desde el 2018, obliga a las compañías a pedir permiso expreso a los clientes para obtener su información; algo que hasta entonces venía “de serie” en cualquier servicio.
Los servicios online han sido los grandes afectados, por la gran cantidad de datos que obtienen de sus usuarios; nos viene a la mente Facebook o Google. Pero no son los únicos que obtienen, gestionan y trafican con nuestra información, ni mucho menos. Tu propio banco puede estar haciendo eso en estos instantes; y tampoco se ha librado de tener que pedirte permiso.
Pagar para que Bankia no use nuestros datos, la trampa de la cuenta ON
Claro, que hay algunas empresas a las que no les ha sentado nada bien el cambio; y más de una ha desarrollado tácticas que rozan la ilegalidad para conseguir los mismos datos que antes tenían garantizados. Pero tal vez el caso más flagrante es el de Bankia, tal y como han revelado en El Confidencial.
La cuenta ON de Bankia es la más popular que ofrece el banco, y también la más moderna; al fin y al cabo, es una cuenta que presume de no tener comisiones y ser completamente digital. Se aprovecha de que la mayoría de sus clientes tiene un smartphone, para simplificar la gestión y administración de nuestra cuenta, usando su web o la app. Gracias a eso, puede Bankia puede permitirse no cobrar comisiones de administración, mantenimiento, transferencia, y de la tarjeta de crédito.
Sin embargo, al ser un producto digital que obtiene nuestra información, Bankia tiene que pedirnos permiso; claro, que su interpretación de “permiso” es algo libre. Cuando nos creamos la cuenta, tenemos que aceptar de manera obligada que nuestros datos se usen para comunicaciones comerciales, por ejemplo.
Pero lo peor llega si, una vez creada la cuenta, queremos hacer uso de nuestros derechos y pedimos a Bankia que deje de obtener y compartir nuestra información; en ese caso, Bankia afirma que tendremos que pagar cinco euros mensuales como comisión. De repente, la “cuenta sin comisiones” gana una comisión mensual muy dura.
Un intento de sortear la ley europea
De esta manera, Bankia quiere sortear la ley europea, que obliga a las compañías a ofrecer el servicio incluso si el usuario no consiente al tratamiento de datos personales. Claro, que la misma ley también aclara que este consentimiento tiene que ser libre; y es harto cuestionable que el usuario tenga libre elección cuando tiene el peso de un pago mensual semejante si elige ejercer sus derechos. De hecho, ni siquiera la condición de tener que aceptar comuniciones comerciales al contratar el servicio puede ser legal, al ser un condicionante importante.
Bankia puede usar nuestros datos para publicidad comercial, como por ejemplo, llamadas de teléfono o spam; además, puede compartir los datos con otras compañías. Es algo muy valioso, aunque es dudoso que sea el equivalente a cinco euros cada mes por persona. Parece más evidente que este pago se ha implementado para evitar cancelaciones masivas.
Por el momento, asociaciones de usuarios están recomendando que reclamemos estos cobros y denunciemos ante la Agencia Española de Protección de Datos.
Imagen destacada | Benjamín Núñez González
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