Vivimos en un mundo en el que no podemos esperar ni un ápice de privacidad siempre que estemos conectados a Internet. Los servicios que usamos se basan en obtener la mayor cantidad de información posible; sólo así pueden ofrecer funciones y servicios que se adapten a lo que realmente queremos y personalizar nuestra experiencia. Y la verdad es que, para la mayoría de los usuarios, esto es algo aceptable.
Por eso tiene sentido que Apple haya decidido seguir por el camino contrario, presumiendo de privacidad con la presentación de iOS 13 y macOS 10.15. Durante toda la presentación hubo pequeñas pausas en las que los conferenciantes repetían lo mismo, daba igual de lo que estuviesen hablando: todo está protegido y cifrado, y ni siquiera Apple puede leerlo o verlo. Desde los vídeos grabados por nuestras cámaras de seguridad, a los datos de ciclo menstrual obtenidos por el Apple Watch.
Apple se centra en la privacidad para diferenciarse de la competencia
Apple quería dejar bien claro que no son como Google o Facebook. En ocasiones, dijo esto de manera literal, como cuando presentó su gran novedad: un nuevo botón para iniciar sesión con Apple. De la misma manera que Google, Facebook y otros servicios, este botón nos permite usar los datos de nuestra cuenta de Apple para iniciar sesión en aplicaciones y páginas web.
Este tipo de botones son muy populares, pero también muy polémicos. Por una parte, son una gran ayuda tanto para usuarios como para desarrolladores; los primeros no tienen que crear una cuenta nueva en cada servicio que usen, y los segundos no tienen que desarrollar sistemas de inicio de sesión ni almacenar datos sensibles. Sin embargo, estos botones también han estado en el centro de muchas polémicas porque permiten rastrear a los usuarios allá por donde naveguen; incluso si no los usas, son capaces de registrar que has entrado en una web.
Apple promete que su sistema está construido en base a la privacidad de los usuarios, sin dejar de ser conveniente. No es sólo que este botón no nos rastree, es que ofrece más posibilidades para ocultar nuestra identidad. La función más llamativa es, sin duda alguna, la posibilidad de elegir qué datos queremos compartir con las webs y aplicaciones.
Así funcionan las direcciones de correo falsas de Apple
La interfaz cambiará y nos mostrará una lista de datos que serán compartidos con el desarrollador. Lo interesante es que podemos dar datos falsos en vez de los reales, como la dirección de correo electrónico. Apple generará una dirección única para cada app, compuesta de una serie de caracteres y “@privaterelay.appleid.com”. Como por ejemplo, “fc452bd5ea@privaterelay.appleid.com”. Esos caracteres representan un número de 40 bits en notación hexadecimal, por lo que Apple tiene suficientes números como para asignar uno diferente a cada aplicación.
Cuando la app o web nos envíe un correo a esa dirección, este será redirecccionado automáticamente a nuestra dirección real; pero en cuanto queramos, podemos desactivar ese correo falso y dejaremos de recibir correos inmediatamente. En ningún momento el servicio sabrá nuestra dirección real, así que no podrá volver a contactarnos directamente.
Como es habitual en Apple, esto no es algo nuevo precisamente; ya existen muchos servicios que nos permiten crear direcciones “falsas” para evitar ser rastreados, pero sí es la primera vez que un sistema tan usado como iOS implementa esta medida por defecto. Y también es algo que todos deberían copiar. Es una medida que probablemente no cuesta tanto, pero que puede suponer una auténtica diferencia para recibir menos spam y evitar que nuestro correo acabe en gigantescas listas compartidas en la deep web.
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