¿Es posible simular la realidad? En estos momentos, la respuesta es un rotundo no. La cantidad de variables a tener en cuenta es tan grande que haría falta un ordenador más grande que el propio universo para calcularlas todas. Lo único que podemos conseguir es centrarnos en un aspecto concreto, y con mucho trabajo, conseguir una simulación relativamente completa. Pero ¿y si usásemos el increíble potencial de la Inteligencia Artificial?
Ese fue el proyecto de un equipo de astrofísicos del Centro de Astrofísica Computacional del Instituto Flatiron, en Nueva York: usar técnicas de IA para generar una simulación compleja del universo. Y ahora que han publicado los resultados, tienen que admitir que ni siquiera saben cómo han llegado a estos resultados. Estamos ante un caso claro en el que el invento sobrepasa las expectativas del inventor, y puede cambiar la manera en la que vemos el universo y este tipo de simulaciones.
El universo creado por una Inteligencia Artificial
El modelo tridimensional del universo creado por los investigadores es increíblemente rápido y preciso. En apenas unos milisegundos es posible generar simulaciones muy complejas sobre el funcionamiento del cosmos; hasta ahora, incluso las simulaciones más sencillas y rápidas tardaban varios minutos. Pero esta no es sólo una simulación rápida, sino también precisa.
La gran sorpresa para el equipo de científicos no fue conseguir un modelo tridimensional del universo de manera instantánea; es que ese modelo representaba con perfección cualquier modificación que se hiciese. Por ejemplo, los investigadores podían modificar la cantidad de materia oscura presente en el universo, y el modelo cambiaba de manera acorde al momento. Este tipo de modelos son de gran ayuda para la astrofísica teórica, ya que permite el estudio de elementos desconocidos o que no se pueden detectar fácilmente; como la llamada “materia oscura”, que se calcula que supone el 25% de la materia del universo, y que aún así su existencia no se puede detectar directamente, sólo inferir basándonos en otras observaciones.
Pese a que la materia oscura no se puede detectar directamente, el efecto que tiene sobre el universo sí es notable, “estirándolo” y separando sus partes. Los efectos de la materia oscura sobre el universo son objeto de estudio, que suelen requerir miles de simulaciones. En el caso concreto de esta IA, los investigadores se centraron en cómo la gravedad variará a lo largo de miles de millones de años, y cómo el universo cambiará por ello. Estamos hablando de calcular el efecto sobre miles de millones de partículas, que representan las galaxias y astros conocidos.
Sorprende a sus propios creadores
Es por eso que esta IA tiene tanto potencial en el estudio del universo, pero eso no es lo más chocante. Lo realmente llamativo es que ni siquiera sus propios creadores saben cómo la IA ha conseguido alcanzar este nivel de precisión y rapidez. Por ejemplo, el sistema fue capaz de simular de manera precisa cambios en la cantidad de materia oscura en los universos que creaba, aunque el modelo nunca había sido entrenado para ello; no había recibido datos sobre variaciones de esos parámetros, y aún así llegó por si sola a la conclusión de qué pasaría si se cambiaban.
Da algo de miedo que una IA tenga una mejor comprensión del universo que el ser humano, pero esta puede ser la herramienta que necesita la humanidad para alcanzar esos secretos.