Caracolas venenosas contra el dolor crónico
Este arpón es una modificación de sus dientes y está cargado de veneno, conocido como conotoxina, que paraliza a la presa en tan sólo unos segundos. Después alargan su boca hasta el máximo, engullendo al pez entero y tardando hasta 20 horas en digerirlo, dependiendo de su tamaño. Por último, excreta los residuos no digeridos del pez en una especie de paquete gelatinoso. En este
En relación a la conotoxina, algunas especies del oeste del Indopacífico producen una potente toxina neuromuscular que ha causado la muerte a algunas personas. Pero no hay que preocuparse, ya que son sólo una veintena de especies las que pueden resultar mortales para nosotros. Las picaduras suelen producirse porque se excava en la arena sin guantes.
Aplicaciones de las conotoxinas para el ser humano
Los humanos hemos tenido la capacidad de utilizar muchos tipos de venenos animales en nuestro beneficio y las conotoxinas son otro ejemplo más.
Existe un fármaco, el ziconotide, utilizado en el tratamiento contra el dolor crónico que es derivado de la conotoxina de Conus magus. Dicho fármaco fue aprobado por la FDA (Food and Drug Administration) de EEUU en 2004.
Las conotoxinas actúan sobre componentes específicos de los neurotransmisores neuronales. Las ventajas que ofrecen es que su poder de adicción se considera bajo o nulo (a diferencia de los opiáceos) y posee un poder analgésico 1000 veces superior a la morfina.
Actualmente, se está trabajando con otras conotoxinas para el tratamiento de enfermedades como el Alzheimer, Parkinson y la epilepsia.
Fuente: Guía de Nudibranquios y caracolas de mar del Indopacífico (Ed. M&G difusion, 1998), Brusca & Brusca (Ed. McGraw- Hill, 2005), Madrid i+d