Tiburones y mantas necesitan protección
De pequeños nos hacían muchas preguntas, con las que definíamos nuestras preferencias, colores, frutas o animales favoritos entre otras. Dentro de estos últimos, los tiburones eran mis preferidos.
Cuando crecimos, pudimos ver el daño que hizo la saga Tiburón de Steven Spielberg, a la mente de todo el mundo y de generaciones enteras de personas, que al ver como un depredador acuático provocaba en pánico en todo lugar, desde embarcaciones, poblaciones costeras, etc. se le catalogaba automáticamente como un asesino, sin tener en cuenta que el que invadía el hábitat natural del otro, era el hombre, adentrándose en el mar.
125 fue el número de ataques de tiburón registrados en el mundo en 2011 según el International Shark Attack File (archivo internacional de ataques de tiburón). Es una cantidad irrisoria si la comparamos con las 2.060 personas que tristemente nos dejaron por culpa de accidentes de tráfico en el mismo año, sólo en España.
A la repercusión mundial que tiene cada ataque de tiburón contribuye en gran medida la prensa, que de forma sensacionalista coloca los ataques de escualos en primera plana, que ahora tendría que estar bastante centrada en lo que está ocurriendo en Bangkok.
Bangkok, ¿progreso o estancamiento en la protección?
En estos días y hasta el 14 de marzo, se está llevando a cabo la Convención sobre el Comercio Internacional de Especies Amenazadas de Fauna y Flora Silvestres (CITES), en Bangkok, Tailandia.
En reuniones previas, la mayoría de propuestas para la protección de tiburones: martillo prieto, oceánico de puntas blancas y el marrajo sardinero, además de las mantas, tenían un consenso casi total en el bloque de Suramérica, Centroamérica y el Caribe.
Este bloque pretende que estas especies de peces se integren en el apéndice 2 de la CITES, en la que figuran especies que no están necesariamente amenazadas de extinción, pero que podrían llegar a estarlo a menos que se controle estrictamente su comercio.
¿Por qué ahora, y no antes?
La acción del bloque americano se debe a la preocupación por las disminuciones poblacionales de estas especies debido a la sobrepesca, captura por accidente y pesca ilegal.
El principal destino de las aletas de tiburón, tras realizar el aleteo (cortar las aletas y tirar el cuerpo aún vivo al mar) es el mercado asiático se ha incrementado exponencialmente en la última década, esto ha llevado a que poblaciones enteras de tiburones desaparezcan de distintas regiones.
Poderoso caballero es don dinero
Aunque pudiera parecer claro que hay que proteger a este tipo de fauna marina, el jefe del departamento de pesca de Tailandia, Wimol Jantrarotai, indicó que su país cuenta con leyes para proteger a los tiburones y mantas, y advirtió que un aumento en su protección perjudicaría a los pescadores locales, por lo que es probable que Tailandia no apoye la propuesta de protección.
Según Juan Carlos Cantú, director de programas de Defenders of Wildlife México: “la demanda internacional de aletas de tiburón ha creado una sobreexplotación de tiburones en Latinoamérica que si no se controla, llevará a la extinción a varias especies”.
¿Y qué pasa con África, Europa y Estados Unidos?
Los votos de los países africanos van a ser importantes para decidir (por el número que representan, 52 actualmente en la CITES) si la propuesta se acepta o no. Senegal ya ha indicado que apoyará la propuesta del bloque latinoamericano.
Tanto los Estados Unidos, como la Unión Europea también se unen a la propuesta latinoamericana para proteger a estos tiburones en todo el mundo, ya que sin ir muy lejos, el tiburón martillo en el mar Mediterráneo ha tenido una disminución del 99%.
Asia, el gran escollo
Para alcanzar un acuerdo en este punto, se necesitan las dos terceres partes de los países, es decir, de los 177 países de la CITES, se tiene que lograr que 118 países den el visto bueno a dicha propuesta.
Lamentablemente no es la primera vez que se presentan estas propuestas, ya que la Convención CITES de Qatar, en 2010, las propuestas lograron la mayoría de votos a favor, pero no se alcanzaron las dos terceras partes necesarias, debido a la oposición de países asiáticos importadores de aletas como Japón y China, que en la última convención fueron acusados de la compra de votos de países africanos para impedir que progresaran las propuestas de protección de escualos.
Conclusión
Hay que estar atentos a lo que sucede el 14 de marzo en Bangkok, porque eso nos volverá a mostrar si la protección del medio ambiente a nivel mundial tiene alguna esperanza o no.
Mientras tanto, para la protección de escualos a nivel mundial, algo práctico que podemos hacer, es que aunque nos pueda gustar la comida asiática, rechacemos el consumir algo tan típico en cualquier restaurante chino o japonés, como la sopa de aleta de tiburón. Es un pequeño gesto, que a nivel mundial puede representar una montaña. De nosotros depende.
Fuentes: EFE Verde, Florida Museum of Natural History, CITES y DGT
Imagen: Shark Shadow