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Problemas de salud mental, ¿son más habituales en invierno?

18 abril, 2013 15:54

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Un nuevo estudio publicado en la revista “American Journal of Preventive Medicine” y llevado a cabo por investigadores de la Universidad de San Diego, en Estados Unidos, ha concluido que las búsquedas en Google para obtener información sobre las principales enfermedades y problemas mentales siguen patrones estacionales. Esta conclusión da a entender, por lo tanto, que existe una relación entre las enfermedades mentales y la estacionalidad. Es algo que más o menos se sabía, pero el caso es que la correlación podría ser mucho más fuerte de lo que se habría pensad hasta ahora.

El control de tendencias poblacionales respecto a las enfermedades mentales ha sido un reto histórico tanto para científicos como para médicos. En general, los estudios se han llevado a cabo mediante encuestas telefónicas que tienen el objetivo de reflejar el interior de la mente de los encuestados, pero este enfoque es limitado porque a menudo estos participantes pueden ser reacios a hablar honestamente sobre su salud mental. Este enfoque, asimismo, también presenta elevados costes materiales. Investigadores norteamericanos han dado con una posible solución (aún con sesgos) a esto: el hiperconocido buscador Google. El análisis de las tendencias de búsqueda de los individuos sí que debería permitir, según los científicos, entender los patrones de salud mental de la población.

A través de Google trends, el equipo de estudio ha identificado y controlado las consultas sobre salud mental en Estados Unidos y Australia desde el 2006 hasta el 2010. Todas las consultas relacionadas con la salud mental fueron capturadas y luego agrupadas por tipo de enfermedad mental, incluyendo TDAH (trastorno por déficit de atención con hiperactividad), ansiedad, trastorno bipolar, depresión, trastornos de la alimentación (como anorexia o bulimia), TOC (trastorno obsesivo compulsivo), esquizofrenia y suicidio. Con el uso de métodos matemáticos avanzados para identificar las tendencias, los autores detectaron que todas las consultas de salud mental, en ambos países, fueron bastante más elevadas en invierno que en verano.

Con sesgos

Cabe comentar un sesgo importante en el trabajo: sin contexto en las búsquedas, no está claro cómo los investigadores podían estar seguros de la intención detrás de la misma, que podría ser para fines de investigación académica, por ejemplo, o tal vez la búsqueda de un amigo/familiar preocupado.

En cifras, los investigadores han detectado que las búsquedas sobre trastornos de la alimentación se redujeron un 37% en verano en Estados Unidos, y un 42% en Australia. Respecto a la esquizofrenia, los porcentajes fueron muy parecidos: 37% en Estados Unidos y 36% en Australia. Las búsquedas para el trastorno bipolar se redujeron un 16% en el país norteamericano y un 17% en Australia; El porcentaje del TDAH se movió en torno a una reducción del 29% en ambos países. Para el TOC, las cifras oscilaron entre el 15-18% y, para el suicidio, entre el 24-29%. La enfermedad mental que presenta un menor comportamiento estacional es la ansiedad, con una variación entre verano e invierno del 7% en Estados Unidos y de un 15% en los australianos.

Huelga destacar que, más allá del consistente porcentaje de variación, se produce también un notable parecido entre los porcentajes (por enfermedad) de ambos países. No sólo parece haber un patrón estacional importante, sino que también se detecta una prevalencia de enfermedades mentales similar en diferentes países.

Aunque algunas enfermedades mentales tienen un patrón estacional bien conocido, como el trastorno afectivo estacional, los investigadores quedaron impresionados entre los altos porcentajes de diferencia entre estaciones. Lo cierto es que ellos mismos aseguran que no esperaban encontrar ni estas cifras ni valores máximos similares entre países. Los científicos auguran que aún se necesitan años antes de que estos resultados puedan relacionarse realmente con enfermedades mentales graves y asociarse a mecanismos que podrían ser incluidos en los programas de tratamiento y prevención.

Un simple experimento de comprobación

Aunque el equipo de San Diego usa su propia fórmula matemática para analizar los datos, una rápida búsqueda con Google Trends revela inmediatamente resultados interesantes para los no profesionales. Al introducir “anorexia”, “bulimia” y “trastornos de la alimentación” para los años 2004 hasta la actualidad, por ejemplo, se vislumbra un marcado descenso en las búsquedas (la última se redujo en un 80% en 2013). Todo a pesar del creciente número de páginas web0 dedicadas a la promoción de los trastornos alimentarios. Sin embargo, muchos de estos sitios evitan el uso de términos como anorexia, y optan por una terminología más familiar para que sólo aquellos que les buscan puedan encontrarlos. Es este tipo de factores que el equipo San Diego debería tener en cuenta en el futuro.

Fuente | wired.co.uk

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