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La nacra, el mayor molusco bivalvo del Mediterráneo, en peligro

7 mayo, 2013 08:52

Este gran molusco bivalvo es único de nuestro mar Mediterráneo y por culpa de las anclas de los barcos está desapareciendo a un ritmo preocupante en aguas de las islas de Mallorca y Cabrera, según un último estudio realizado por el Instituto Mediterráneo de Estudios Avanzados, centro mixto del CSIC y la Universidad de Islas Baleares. Los resultados de la investigación han sido publicados en la revista Biological Conservation.

Las anclas de los barcos son su peor enemigo

La nacra (Pinna nobilis) es un enorme molusco bivalvo endémico del mar Mediterráneo al igual que el alga Posidonia oceanica, de la que ya hemos hablado en MedCiencia por su gran importancia. Ambas aparecen juntas en la fotografía de portada y viven ligadas la una a la otra, razón por la que la reducción de las praderas de Posidonia ha afectado directamente a la nacra, contribuyendo a que actualmente se encuentre en peligro de extinción.

Por su llamativo tamaño, que puede llegar a alcanzar el metro de longitud, las nacras se han cogido durante años para venderse como souvenirs, de hecho, igual que ayer os comentaba que los caballitos de mar han desaparecido en el mar Menor en Murcia, os aseguro que las nacras son el segundo “bicho” que más decora las paredes muchas casas.

El estudio consistió en evaluar la densidad de población de estos moluscos en 6 zonas costeras diferentes ubicadas en aguas de las islas de Mallorca y Cabrera a una profundidad de entre 5 y 6 metros. Los resultados muestran que las densidades de población son muy diferentes. La principal investigadora, Iris Hendriks, nos resume los motivos:

“Estas diferencias tienen que ser consecuencia de factores externos, ya que no se pueden explicar por factores relacionados con el hábitat, como la cobertura de las praderas de posidonia, ni por el desalojo causado por las tormentas”.

Todo esto hizo pensar que el gran culpable de la desaparición de las nacras, al igual que de las praderas de Posidonia oceanica, eran las anclas de las embarcaciones de recreo. Prueba de ello es que en las zonas donde no está permitido anclar un barco la densidad media de las nacras era 7 veces mayor que en las otras localizaciones estudiadas.

En el estudio se resalta la importancia de reducir la presión del anclaje en las praderas de Posidonia, actividad que está prohibida actualmente pero que no se respeta. Proponen la instalación de boyas de anclaje permanente para reducir este impacto. Yo añadiría que tal vez una buena multa por parte del SEPRONA ayudaría a respetar un poquito más las normas.

 

Fuente: CSIC