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Tecnología

Sólo nos acordamos de la privacidad cuando nos la tocan

25 mayo, 2013 21:12

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Mira las pestañas que tienes abiertas. Es bastante probable que, en mayor o menor medida, todas las webs que tienes abiertas estén recogiendo información personal sobre ti. Ya sean datos técnicos como la versión de tu navegador web como otros detalles mas personales como tu historial de navegación, tus gustos e incluso tu ideología política, estás dando información a unos terceros que pueden o no pueden estar guardándola de manera segura. Ahora imagínate que alguien es capaz de obtener toda esa información con una mera petición. ¿Sientes que tu vida es segura?

La privacidad es un tema del que se ha escrito largo y tendido, pero es como la paz en el mundo: todo el mundo está de acuerdo en que es necesaria, pero poca gente está dispuesta a dedicar un minuto de su vida a conseguirla. No me extrañaría ver a la siguiente Miss Universo reclamando la privacidad en Internet con una sonrisa y una muestra de muslamen. Deseos vacíos que no influyen en nuestra vida diaria, porque ¿Cuánta gente tuvo en cuenta los derechos de Internet a la hora de votar en las últimas elecciones?

Oh, si, esta es una entrada de política. Porque por si alguien no se ha dado cuenta, casi todos los gobiernos del denominado primer mundo tienen una ley en ciernes que vulnera la privacidad en Internet de alguna manera. Ya sea con la justificación de los “ciber-ataques” desde China en el caso de CISPA o con la propiedad intelectual por bandera en el caso de la nueva ILP en España, el objetivo es el mismo: cambiar profundamente la manera en la que funciona Internet.

¿Porqué estamos aceptando esto? Seguramente porque estamos acostumbrados a reaccionar solo ante grandes eventos. Este no es un fenómeno que haya ocurrido de la noche de la mañana, sino que ha ido introduciéndose poco a poco en nuestras vidas. Hemos aceptado que para poder usar Facebook de manera adecuada tenemos que usar todos nuestros datos reales. Hemos aceptado que nuestro nombre real debe ir asociado a nuestras opiniones en Google+. Y no me hagáis hablar de las cookies y de los scripts creados por empresas de marketing. La cantidad de datos personales que poseen son suficientes para conocer a una persona mejor que ella misma.

Y ahora resulta que los gobiernos se han dado cuenta de que es mas barato crear una ley para poder acceder libremente a esos datos que crear una red propia de espionaje. Y de repente esto está mal, y montamos en cólera, y creamos campañas de recogida de firmas, y nos cambiamos los avatares. Pero seguiremos usando los servicios de las compañías que están dispuestas a compartir nuestra vida con el primer trajeado que pase.

Sí, está muy bien demonizar a los políticos y decir que son todos iguales y bla, bla, bla, pero no deberíamos olvidar una cosa: son las propias empresas basadas en Internet las que voluntariamente están participando en el proceso. Porque se han dado cuenta de que prefieren traicionar a unos pocos usuarios antes que hacer frente a los costes legales de enfrentarse a un Estado. No es casualidad que la nueva versión de CISPA haya llegado apoyada económicamente por compañías del ramo.