El principio del fin de la televisión 3D

Era la gran moda, que todo el mundo debía tener en sus hogares para poder experimentar las películas y las series en todo su esplendor. Los fabricantes presentaron todos varios modelos, a cada cual mas caro y lujoso, y nos afirmaron que si no contábamos con uno de ellos en nuestro salón, simplemente es como si estuviésemos en el siglo pasado. Estamos hablando, por supuesto, de la televisión en 3D.

¿Hay alguien que la recuerde ahora? ¿Cuándo fue la última vez que un fabricante presentó una nueva televisión detallando las posibilidades de las tres dimensiones? ¿Cuando fue la última vez que un videojuego publicitó su modo en 3D como la inmersión definitiva en el mundo virtual? La respuesta es ya hace un tiempo.

Lo miremos como lo miremos, la televisión en 3D está de capa caída, y hay muchas razones para ello. Hay quien podría decir que la culpa la tiene la crisis económica, pero si mañana apareciesen aliens en lo alto de la Casa Blanca también habría mucha gente que culparía a la crisis. Es cierto que, en un clima tan inestable como este, a muchísima gente no le atraía la idea de gastarse miles de euros en un televisor igual que el que tenían, pero con la posibilidad de ver de vez en cuando una película en 3D.

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Pero la verdad es que las 3D nunca fueron mas que una curiosidad, y lo que tienen las curiosidades es que son muy llamativas para atraer público en las ferias o en las tiendas, pero nadie se las quiere llevar a casa. Y ahora, la BBC ha anunciado que dejará de emitir sus canales en 3D. La cadena británica ha sido una de las mayores defensoras del sistema, ya que lleva ya mucho tiempo emitiendo ese tipo de imágenes. Pero una cuota de mercado de menos del 5% es insuficiente para mantener una tecnología así.

Los fabricantes lo sabían antes que nadie, y por eso en las ferias de tecnología ya nadie habla de las 3D. Ahora lo que se lleva son las resoluciones 4k, otro invento que es poco probable que tenga éxito entre el usuario común, que solo busca ver sus series a 720p en un televisor que le quepa en su piso.

Fuente | BBC