Científicos logran fabricar “minicerebros” artificiales
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Una de las asignaturas pendientes de la neurociencia es llegar a comprender en su totalidad y complejidad el cerebro humano. Al menos ya sabemos que lo de que usamos solo el 10% de nuestro preciado órgano es un mito como una casa, pero realmente sabemos bastante poco sobre él, y puede que solo estemos en la punta del iceberg. Sin embargo, unos científicos austríacos han logrado fabricar lo que sería un cerebro con apenas 9 semanas de vida embrionaria: minicerebros.
Este proyecto, a cargo de los investigadores del Instituto de Biotecnología Molecular (IMBA) de la Academia de Ciencias de Austria (OeAW), y publicado en la prestigiosa revista Nature, ha logrado fabricar una imitación del tejido cerebral humano gracias a un cultivo de laboratorio, dando lugar a lo que se conoce como “minicerebros”.
Dicho hito ha sido posible gracias al uso de células madre pluripotenciales (iPS), que han seguido su transformación hasta convertirse en tejido cerebral independiente, aunque menos complejo que el de un adulto, llegando solo a algo similar a lo que se produciría en la etapa embrionaria. Pero ahora os preguntaréis, ¿qué uso puede tener la fabricación de minicerebros? Por si habéis visto demasiadas películas de ciencia-ficción, el uso no es crear robots inteligentes, androides o similares, sino algo menos futurista.
Según el director de la investigación, el Dr. Jürgen Knoblich, del IMBA, este logro podrá ser utilizado para conocer más en profundidad el desarrollo del cerebro humano durante la etapas embrionarias, saber como evoluciona, y sobre todo poder hacer pruebas de laboratorio de diferentes fármacos contra trastornos cerebrales que actualmente son incurables o bastante complicados de tratar. Así lo comenta Madeline A. Lancaster, otra miembro del equipo:
“Además de la posibilidad de nuevos conocimientos sobre el desarrollo de los trastornos del cerebro humano, los ‘minicerebros’ también serán de gran interés para la industria farmacéutica y química”
“Este descubrimiento podría permitir que se prueben terapias contra defectos cerebrales y otros trastornos neuronales, además del análisis de los efectos que tienen los productos químicos específicos en el desarrollo del cerebro”
Para el cultivo de estos “minicerebros” se crearon unas condiciones de crecimiento adecuadas para que las células madre pudieran diferenciarse en tejido cerebral embrionario (neuroectodermo, una capa de células que participa en la formación del sistema nervioso embrionario). Así pues, tras 20-30 días, ya se pudieron observar regiones cerebrales definidas, como la corteza cerebral, la retina, las meninges, o el plexo coroideo. Tras dos meses, los “minicerebros” ya habían alcanzado su tamaño máximo (aunque inferior al tamaño de un guisante) y han podido sobrevivir hasta 10 meses.
Según los investigadores este pequeño tamaño puede deberse a la falta de un sistema de circulación cerebral propio, carente de nutrientes y oxigeno, algo primordial para la supervivencia de las células y, por supuesto, su crecimiento. De todas formas, es un gran logro, pues es la primera piedra para poder llegar a fabricar un sistema nervioso artificial completo.
Vía | EuropaPress.