¿Existe la química sexual entre dos personas?
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La respuesta corta es sí. Puede que esto nos recuerde mas al mundo animal y los reportajes del National Geographic, pero lo cierto es que a pesar de años de evolución seguimos poseyendo unos sistemas que se encargan de perpetuar la reproducción sexual en la especie, unos sistemas que funcionan de forma muy distante al romántico concepto del amor.
Lo cierto es que nuestra biología nos dota de sustancias, olores y mecanismos que permiten una atracción física inmediata hacia una persona sin tener en cuenta muchas más variables que la apariencia y la química (es decir sin que medie el razonamiento de si esa persona nos conviene o no). Mecanismos muy primarios de respuesta muy rápida y en ocasiones bastante potente.
Hoy veremos cuáles son estos mecanismos que permiten la atracción física “a primera vista”.
¿Qué procesos median la atracción física o sexual?
Dividiría los procesos en tres:
ATRACCIÓN:
Mediada por las feromonas: Las feromonas son señales químicas excretadas por diferentes órganos del cuerpo de forma natural (son hormonas volátiles de tipo esteroide). Activan respuestas sexuales, territoriales o de alarma en otros miembros de la misma especie. La feromona principal masculina es la androstenona, las mujeres también la secretan pero de forma secundaria ya que la principal en ellas es el Androsteneriona. Otra feromona encontrada solo en las secreciones vaginales de la mujer (fértil) es la Copulina (que se asocia con un aumento de la producción de testosterona en hombres al percibirla). Estas feromonas se pueden encontrar por ejemplo en el sudor y la saliva (pero también en producciones menos lógicas como las lágrimas) ya que se secretan a través de la piel, pero también la podemos encontrar en los folículos capilares, la orina y los fluidos sexuales. Además durante el sexo estas dos hormonas producen excitación. Un dato interesante es que los desodorantes bloquean la cantidad de feromonas liberadas. Las feromonas aumentan el atractivo, mejoran las relaciones y pueden producir sentimientos de confianza y simpatía.
Las feromonas emitidas por un sujeto son percibidas por el otro a través del olfato, esto no quiere decir que nosotros seamos conscientes de haber “olido” las feromonas de otra persona, sino que el órgano que las “descompone” se encuentra en la nariz. En concreto hablamos del órgano vomeronasal que se encuentra 7 centímetros dentro de la nariz. Después de detectarlas (sin que nosotros seamos conscientes) el órgano vomeronasal envía la información al hipotálamo que se encargara de producir cambios hormonales y de las funciones biológicas según la información recibida. Los efectos que producen en el sujeto que las “percibe” pueden ser de tres tipos:
a) Iniciadoras: Varían el equilibrio hormonal del que las percibe.
b) Liberadoras: producen pautas de comportamiento específicas, como es el impulso sexual.
c) Informativas: Transportan información del emisor de la feromona, por ejemplo, estado de salud, edad, sexo…
Pero no debemos confundir las feromonas con el “olor sexual” que también es procesado por el olfato pero que funciona y proviene de otras estructuras. El olor sexual se corresponde a mensajeros químicos como el bisulfito de metilo y es emitido por la boca y los genitales por ejemplo.
En adición a estos dos procesos también intervienen en la atracción sexual las imágenes visuales que acaban actuando sobre la hipófisis (que a su vez regula las hormonas que actúan sobre los órganos).
En conjunto todos estos procesos producen actitudes de predisposición semiautomáticas y en gran parte incontrolables.
ENAMORAMIENTO:
Producido por hormonas y neurotransmisores: El enamoramiento surgiría cuando el cerebro empieza a producir feniletilamina (una anfetamina natural) como respuesta a la presencia de feromonas en el ambiente, esta produce euforia, alegría y ansiedad (es la responsable de las mariposas en el estomago, la aceleración de los latidos y el enamoramiento). Al inundarse el cerebro con esta sustancia producimos dopamina (también se segrega durante la conducta sexual) y noradrenalina, estas dos hormonas son responsables de los mecanismos de refuerzo y de hacer que una conducta se repita, producen excitación y son en parte las responsables de las decisiones “irracionales”.
En cierta manera también se verá afectada la función de la serotonina que nos ayudará a percibir cierta sensación de control (de los impulsos y deseos).
Las hormonas que influyen en el enamoramiento (si no se estimulan) alcanzan la meseta a los 18-36 meses, es por esto que se dice que el enamoramiento solo dura unos años, pero ojo porque es solo si no se mantiene una estimulación de estos mecanismos. Se entiende que el funcionamiento de la feniletilamida es agotador para el cuerpo que no puede seguir funcionando con tal grado de activación por un periodo más largo que el de los 2 años.
APEGO-MANTENERSE JUNTOS:
Son varias las hormonas implicadas en esta fase, destacan la oxitocina (segregada por el sistema límbico) cuyo nivel máximo se produce durante el orgasmo pero que también es segregada a través de caricias, abrazos, etc…(Participa en la elección de pareja, el apego y la confianza así como en la conducta maternal y la inducción de contracciones en el parto), la vasopresina se asocia a la monogamia, y por último las endorfinas que fomentan el sistema inmunitario y se asocian a respuestas anti estrés, alivian el dolor y mejoran la memoria (se asocian a efectos placenteros y responsable también del aumento del umbral de dolor durante las relaciones sexuales).
La oxitocina y la vasopresina pueden interferir con la dopamina y norepinefrina, explicando el cambio de fase de las relaciones cuando estas perduran en el tiempo.
Me parece interesante considerar que basándonos en la gran cantidad de “drogas” que implica estar enamorado no es extraño que ante una ruptura se pase tan mal, al fin y al cabo tenemos que vivir con el “mono” de no tener ya ni las anfetaminas ni las endorfinas circulando por nuestro organismo.
Fuente: Elsyreyes, Avenida69, Sexualidad180, Hormonas, Silviamar.
Imagen: Devianart.