Flores espaciales para encontrar planetas similares a la Tierra
Parece que eso de la búsqueda espacial mediante telescopios gigantes (como el Hubble) o naves espaciales está pasando de moda. Al menos eso es lo que han pensado los responsables del Laboratorio de Propulsión a Chorro de la NASA (JPL), pues ahora se han vuelto un poco más respetuosos con el medio ambiente usando “flores espaciales“.
Naves en forma de flor para buscar exoplanetas
Si, habéis leído bien: Flores. Pero no, no son las flores que estáis pensando, sino naves espaciales en forma de sombrilla que se abren a modo de flor, como una especie de girasol cósmico colosal. Esto sucede tras haber pasado 15 años desde el primer descubrimiento de exoplanetas a cargo del telescopio Kepler. El problema es que todo lo que sabemos acerca de estos planetas fuera de nuestro Sistema Solar es de forma indirecta, gracias al conocido como método de tránsito.
Dicho método se basa en la observación de la luz que proviene de una estrella durante un período de tiempo determinado y esperar a que deje de brillar. Eso significará que un planeta pasa por delante de esta estrella, cosa que nos puede decir bastantes cosas sobre él (órbita, tamaño…). Pero claro, esto no es ver directamente el planeta, y en algún momento habrá que encontrar un método más efectivo para descubrir planetas similares al Planeta Azul.
Como imaginaréis, lo de observar exoplanetas directamente suena complicado, y lo es, pues lo de basarse en la luz emitida por su estrella es un método demasiado poco efectivo, y dicha luz puede reflejarse en otros planetas que orbiten alrededor de ella. Eso quiere decir que los planetas pequeños similares a la Tierra pueden quedar escondidos.
El diseño en forma de sombrilla, clave para observar exoplanetas
Pero los del JPL han pensado una solución: Una nave que se abre en forma de flor o sombrilla para bloquear la luz estelar, dejando vía libre a los astrónomos para la observación. La idea es similar a lo que sucede en un eclipse solar, cuando la Luna bloquea la luz del Sol.
El diseño de la nave-flor es bastante curioso: Por un lado tenemos la flor/sombrilla, plegada, y por otro lado el telescopio espacial. Después de ponerse en órbita, la sombrilla y el telescopio van por separado, y una vez se abre la sombrilla produce una sombra con sus pétalos (los cuales no tienen esa forma de flor porque quede más o menos estético, sino que son clave para mantener la luz a raya). Así lo explica el Dr. Stuart Shaklan, ingeniero jefe del JPL en este proyecto:
“La forma de los pétalos, como se ven desde lejos, crea un borde más suave que causa menos curvatura de las ondas de luz. Esto significa que la sombra de esta sombrilla estelar es muy oscura, por lo que el telescopio puede obtener imágenes de los planetas sin ser abrumado por la luz estelar”
De momento esta sombrilla espacial está sometiendose a pruebas en la Universidad de Princeton, donde tienen una versión más pequeña a escala en plena construicción para probar si el diseño es el idóneo para bloquear la luz. Os dejamos un vídeo del proyecto.
Vía | Space Daily.