¿Cuanto cuesta llegar a fabricar un nuevo medicamento?
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Muchas veces nos quejamos de los precios de los medicamentos, sobre todo en España donde muchos son subvencionados (aunque cada vez son menos, gracias a las nuevas y perjudiciales leyes). Es evidente que a veces las grandes empresas farmacéuticas se pasan con los precios, pues en demasiadas ocasiones no son asumibles por el individuo de a pie. En otras ocasiones, el estado se hace cargo del precio (ya sea porque el tratamiento es hospitalario, como sucede con la quimioterapia por ejemplo, o subvencionando gran parte del coste final del medicamento). Sin embargo, aquí pasa como en todo: Si no sabemos su coste real, no lo valoramos como deberíamos. De hecho, tendemos a infravalorarlo. Cabe recordar que las farmacéuticas son empresas, y como todo negocio buscan ganar dinero. Puede parecer poco ético desde la vista de los pacientes, pero alguien tiene que investigar y fabricar las medicinas, y ganar algo a cambio, ¿no? Hoy hablaremos sobre cuanto cuesta realmente llegar a fabricar o mejorar un medicamento.
Las pruebas, ensayos e investigaciones
En muchas ocasiones os hablamos de descubrimientos o estudios con humanos, pero en otras muchas también comentamos los que tienen lugar con ratones u otros animales. Todos estos procesos exigen un gasto (comprar los animales, el equipo, las sustancias que se utilizaran, etc). Pero ahí no queda el asunto, sino que tan solo 1 de cada 10 medicamentos llegan a la fase de ensayos con humanos. Eso significa que el 90% del trabajo queda en un gasto totalmente perdido. Si, como en cualquier empresa, hay inversiones que no van bien.
Finalmente, de cada medicamento que realmente puede llegar a estudiarse con humanos (recordamos, solo un 10% de los que se empezaron a investigar), 1 de cada 5 llegará realmente a superar las tres fases necesarias en humanos:
Fase 1: Pocos individuos, sanos (menos de 100), con el objetivo de evaluar la posible toxicidad del medicamento para llegar, posteriormente, a una dosis correcta.
Fase 2: Más individuos, enfermos (entre 100 y 200). Se compara un grupo placebo con otro con medicación, con el objetivo de evaluar la relación eficacia/toxicidad del medicamento.
Fase 3: Miles de individuos, enfermos. Además de buscar eficacia también se evaluará la seguridad del medicamento, es decir, si sus efectos secundarios son peligrosos o asumibles.
Existe una Fase 4, pero esta ocurre tras la comercialización del medicamento, llamada Farmacovigilancia, con el objetivo de encontrar toxicidad previamente no encontrada, y que incluso lleva a la retirada de algunos medicamentos porque dichos efectos secundarios no se han llegado a detectar en las fases anteriores y no son para nada asumibles.
Normalmente, la interrupción del desarrollo de medicamentos durante algunas de estas fases suelen ser o la baja eficacia, la toxicidad, los efectos secundarios no asumibles o que el tratamiento tiene como objetivo un número muy pequeño de pacientes (como las enfermedades raras). Este último punto suena poco ético e incluso cruel, pero sucede.
El coste total
Finalmente, si el medicamento supera toda esta investigación, llega el momento de su regulación y comercialización. Es decir, debe ser aprobado por los organismos gubernamentales nacionales o internacionales pertinentes (un ejemplo es la Food and Drugs Administration de los Estados Unidos). Esto suele durar hasta 10 años, por lo que es una nueva inversión de tiempo y dinero. En total, según estima otro de estos organismos como la Asociación de la Industria Farmacéutica Británica, llegar a poner un nuevo medicamento en el mercado puede costar hasta 1.000 millones de € de media.
Ojo, porque probablemente dentro de este coste se tengan en cuenta tanto el coste real de un medicamento en particular con éxito, pero también las inversiones fallidas de todos los medicamentos que quedaron en nada durante las investigaciones. Además, esta cifra puede variar mucho de uno a otro medicamento (por ejemplo, los medicamentos contra el cáncer actualmente son los más caros y complicados de fabricar).
Según comentan las farmacéuticas, alrededor de un 10% del coste tiene que ver con las investigaciones, por lo que el resto sería parte de otros costes, como el llamado coste capital (el dinero que se adelanta en inversión antes de obtener beneficios, como esos 10 años de espera de aprobación), y el mercado al que está destinado el fármaco: Cuantos menos pacientes lo necesiten, más caro acaba siendo un medicamento. Es, igual que en otros negocios, la ley de oferta y demanda.
Realmente es un campo verdaderamente complicado, ya que el dinero y la ética se cruzan en demasiadas ocasiones. Muchos afirman que sería necesario que los estados destinaran una parte de los impuestos a la subvencion de las investigaciones para nuevos medicamentos, como solución al posible abuso por parte de las farmacéuticas. Sin embargo, también está bien poder tener el punto de vista de “los vendedores“, pues quejarse sin saber es algo que yo personalmente nunca he aceptado.
Vía | BBC.