El magnetoesperma: Microrrobots guiados por campos magnéticos

Parece que el potencial de los nanorobots (o microrrobots en el caso de hoy) no va a dejar de sorprendernos. Si en su día os hablamos de un nanomotor capaz de guiar a su respectivo nanorrobot hasta células independientes específicas para transportar fármacos, el caso de hoy no se queda muy lejos de tal potencial, pues se han llegado a crear microrrobots capaces de imitar totalmente el comportamiento de los espermatozoides humanos.

Microrrobots capaces de imitar a un espermatozoide

El estudio, publicado en Applied Physics Letters, ha corrido a cargo de los investigadores de la Universidad de Twente (Países Bajos) y la Universidad Alemana de El Cairo (Egipto). Dichos científicos han logrado fabricar unos robots tan diminutos y ágiles que serían capaces de imitar a la perfección el comportamiento (y las funciones) de los ya conocidos espermatozoides humanos, gracias a su tamaño como al peculiar método de control sobre ellos: Campos magnéticos.

Los microrrobots apenas miden 322 micrones de largo y se componen únicamente de una cabeza polimética recubierta de una capa de cobalto y níquel, junto a una cola no cubierta por tales materiales. Y, como ya os hemos adelantado, el control de sus funciones es algo peculiar, pues se vale del uso de débiles campos magnéticos (menos de cinco militeslas, similar a la fuerza ejercida por un imán decorativo de una nevera). Por ello el invento ha recibido un nombre acorde al asunto: Magnetoesperma.

Gracias a la acción de estos campos magnéticos, la cabeza de los microrrobots se torsiona y su cola (flagelo) oscila e impulsa al robot hacia delante.

“La naturaleza ha diseñado herramientas eficientes para la locomoción a microescala, y nuestros robots están inspirados en la naturaleza o directamente usa microorganismos como bacterias magnetotácticas y células espermáticas para complejas micromanipulaciones”

El objetivo de estos investigadores es usar estos microrrobots para avanzar en las técnicas de nanomontaje, ya que ofrecen un gran potencial en la biomedicina, ya sea como transporte de fármacos, en fertilización in vitro o usándolos para la limpieza de arterias obstruidas por el colesterol (la temida enfermedad de la arteriosclerosis).

Vía | Agencia SINC.