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La bacteria capaz de unirse a la hormona del estrés y provocar infartos

20 junio, 2014 11:19

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Desde hace mucho tiempo, la medicina moderna tiene claro que el estrés es uno de los factores más importantes que acaba provocando un infarto. Sin embargo, el mecanismo hasta día de hoy era desconocido. Y sí, he dicho hasta día de hoy, pues una nueva investigación a cargo de la Universidad de Binghamon, en Nueva York, parece haber dado con la clave: Bacterias.

La bacteria que produce ataques cardíacos gracias al estrés

Si, habéis leído bien, ¡bacterias! Así lo sugiere un nuevo estudio publicado en mBio. Su hipótesis afirma que las hormonas del estrés serían capaces de romper las placas bacterianas que crecen alrededor de las placas grasas de las arterias, y la liberación de dichas placas de grasa sería la que en consecuencia provocaría los infartos cardíacos o accidentes cerebrovasculares. Como veis, es un efecto dominó.

Durante mucho tiempo se había sospechado que había bacterias capaces de infectar las placas grasas de arteriosclerosis, las cuales son un medio ideal para que cualquier microorganismo pueda adherirse y crecer formando las llamadas biolpelículas, manteniéndose unidas a modo de andamio. Así que, para probar su teoría, David Davies y sus colegas analizaron las arterias de 15 pacientes con enfermedad cardiovascular. Tras marcar el ADN bacteriano con moléculas fluorescentes detectaron hasta 10 especies diferentes de bacterias, incluyendo la conocida Pseudomonas aeruginosa.

Estas placas grasas pueden ser más o menos estables, pero si se rompen, acaban formando coágulos que llegan a las arterias más pequeñas y las acaban obstruyendo. Entre esas arterias, las que más papeletas tienen suelen ser las arterias coronarias (las que nutren al corazón) y las arterias cerebrales.

Estrés, hierro y bacterias

Para comprobar su hipótesis, los investigadores cultivaron Pseudomonas aeruginosa en arterias artificiales de silicona hasta que formaron biopelículas. Posteriormente, inundaron las arterias con noradrenalina (una de las hormonas del estrés), la cual provocó la ruptura de las biopelículas.

Su teoría dice que estas hormonas del estrés, al circular por la sangre, provocan que nuestras propias células liberen hierro. Este hierro hace que las bacterias produzcan enzimas capaces de romper moléculas, y claro, las placas grasas andan muy cerca. Por tanto, la ruptura de las placas grasas no seria un daño directo sino más bien colateral, según explican los investigadores. Aunque eso sí, también afirman que son necesarios muchos estudios al respecto antes de afirmar nada con rotundidad.

Finalmente, cabe destacar que se usó más noradrenalina de la que suele circular normalmente en el torrente sanguíneo humano, y también hay que apuntar que esto solo es un modelo con vasos artificiales, ni siquiera se ha probado en ratones. De todas formas, ese será el próximo experimento.

Vía | Nature.