Los escorpiones ciborgs ya están aquí, sálvese quien pueda
Ya podemos tachar una cosa mas de la lista de “cosas horribles que nos provocarán pesadillas por la noche”: escorpiones ciborgs. El proyecto viene de la compañía Backyard Brains, especializada en “llevar la neurociencia a todo el mundo”, y eso incluye poner implantes a cucarachas para controlarlas con nuestro smartphone, su anterior proyecto. En el caso de los escorpiones, el proceso es muy similar pero con resultados algo diferentes: el hardware es implantado quirúrgicamente, e incluye tres sets de electrodos que son los que mandan señales eléctricas al sistema nervioso del animal para obligarle a hacer lo que queramos.
Controlando una de las criaturas mas temibles de la naturaleza
La elección del escorpión como siguiente animal a controlar no es casualidad, y se inició con el estudio de cómo estos animales sienten las vibraciones del suelo para cazar sus presas; aunque los escorpiones son mas famosos por el veneno que algunas especies tienen en su cola, en realidad poseen otros atributos igualmente interesantes como sus grandes pinzas o el extremadamente sensible sentido del tacto que les permite saber en todo momento si en los alrededores hay un peligro. Es por eso que la cirugía se realiza solo una vez que al animal se le ha inducido un coma sumergiéndolo en agua; entonces es posible hacer una incisión cerca del nervio de una pata para meter el electrodo. Una vez se ha recuperado, es posible controlar al escorpion hasta cierto punto, activando las patas y pinzas con pequeñas cargas de 2 a 3 voltios durante 100 milisegundos.
¿Es algo cruel? Seguramente muchos lo vean así, pero la compañía se defiende asegurando que sus investigaciones están ideadas para que los beneficios educativos superen ese coste, pero en todo caso como mínimo es para plantearse si no estamos sometiendo a estos animales a un dolor innecesario. También es cierto que muchos estudios han realizado descubrimientos importantes usando técnicas semejantes, algo que también hay que tener en cuenta en la balanza personal de cada uno.
Fuente | Popular Mechanics | Backyard Brains