Demuestran que ganar más dinero te convierte en peor persona
Aunque sea algo frecuente que se diga que las personas con poder son más distantes o antipáticas o que la gente siempre diga que el dinero cambia a la gente no estaba claro que fuera algo demostrable de forma científica, pero esto cambió hace poco, ya que ahora hay estudios que contemplan estas variables y en concreto el de hoy que demuestra en parte estas ideas.
El estudio
El estudio llevado a cabo por investigadores de la Universidad de Toronto y la Wilfrid Laurier University se basa en la idea de que la resonancia (activación eléctrica) de tipo motora produce la activación de redes cerebrales similares que se activan de igual forma tanto cuando actuamos nosotros como cuando es a otra persona a quien vemos actuar. Se piensa que esta activación similar es implementada por el sistema de neuronas espejo que poseemos. Y el sistema de neuronas espejo está asociado al de las emociones.
Sabiendo esto se quiso observar los efectos que tenía el poder en esa resonancia motora, es decir como respondían los sujetos con poder al observar una acción, si cambiaba el tipo de respuesta cerebral o no. En concreto este fenómeno se estudió analizando los cambios en el funcionamiento cerebral mediante estimulación magnética transcraneal. A los participantes se les dividió en tres grupos:
- Al primer grupo se le imprimó (preparó con antelación) con una actividad en la que representaban poco control o poder.
- Al segundo grupo en una una situación neutral.
- Al tercer grupo en una situación de alto poder.
Posteriormente a la fase de imprimación cada grupo tenía la tarea de observar acciones de otros. Es en este momento en el que se medía la activación cortical (motora) para luego comparar los resultados entre ambos grupos.
La imitación: Ejemplo de reacción mediada por las neuronas espejo.
¿Qué mostraron los resultados?
Los participantes con alto poder presentaban menor activación motora en respuesta a las acciones de otros, lo que evidencia una reducción en este reflejo. Estos resultados podrían explicar (al menos en parte) las asimetrías en el procesamiento de la interacción social.
En concreto se postula que una posición de poder podía desencadenar en una menor capacidad para ponerse en el lugar de los otros, es decir una menor empatía.
Estos resultados se suman a los obtenidos anteriormente en otros estudios, por ejemplo en 2010 se encontró que las personas de clases sociales más altas tenían mayor dificultad en identificar las emociones de otros, siendo observadas en fotografías, en comparación con compañeros de trabajo en clases sociales más bajas.
Así mismo en 2003 ya se había postulado una diferencia basada en las clases sociales, al encontrar que la gente poderosa prestaba atención a los demás de diferente forma, en concreto solo en base a como les podían beneficiar o ayudar a ellos mismos.
Está claro que dentro de toda norma hay excepciones y que aún queda mucho por estudiar pero de nuevo parece que la ciencia se brinda a demostrar lo que el ojo humano ya intuía.
Fuente: PsycNET, Berkeley University, Clase social y precisión de la empatía, News.Mic.