Comienzan a desarrollar pastillas contra la obesidad
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Hace unos días os acercábamos en Medciencia el mecanismo involucrado en la aparición de la hipertensión en personas que sufrían de obesidad. Siguiendo con esta temática, hoy os dejamos con una curiosa noticia a manos de los investigadores de la Universidad de Harvard: se ha comenzando a desarrollar pastillas contra la obesidad.
Estas pastillas podrían sustituir el tratamiento, pero por supuesto, no ofrecerían los beneficios proporcionados por el deporte. Los investigadores del HSCI junto con el Massachusetts General Hospital han desarrollado un sistema usando células madre que detecta los compuestos que pueden convertir el tejido adiposo blanco en tejido adiposo marrón.
Han identificado dos compuestos, que juegan un papel en la respuesta inflamatoria
El tejido adiposo blanco es conocido por su papel como reserva de energía en forma de grasas y está relacionado con el desarrollo de la obesidad, la diabetes tipo 2 y enfermedades cardiovasculares, mientras que el tejido adiposo marrón regula de una forma más eficiente los niveles de azúcar en sangre, aumenta la sensibilidad a la insulina y mejora el metabolismo de quema de grasas. Va cobrando sentido eso de llamarle ‘la grasa mala’ al tejido adiposo blanco y viceversa.
El cuerpo almacena el exceso de energía en forma de lípidos, en el tejido adiposo blanco, y cuándo se queman menos calorías de las almacenadas, las células madres adultas del organismo fomentan la formación de tejido adiposo blanco adicional.
Estos dos compuestos se reducirían la cantidad de tejido adiposo blanco y se favorecerían la quema de grasas, pero al dejar de suministrarse, cesaría completamente su efecto. Por suerte el balance total muestra una reducción estable del tejido adiposo blanco.
Chad Cowan, del HSCI nos señala que estos compuestos tienen como diana la misma molécula, que juega un papel fundamental en la respuesta inflamatoria. Por lo que aparece el primer problema; si administramos estos dos compuestos durante mucho tiempo el paciente podría volverse inmunodeficiente.
Pero esto no indica que no existan otros compuestos con el mismo efecto y con dianas diferentes, pues la identificación llevada a cabo por el equipo de Cowan se realizó sobre una colección de 1000 compuestos, mientras que la colección típica de fármacos está compuesta entre 1,5 y 2 millones de compuestos.
Aunque el progreso de esta investigación está comprometido con la disponibilidad del capital, ya se están realizando experimentos paralelos con estos compuestos en ratones, y se espera que los resultados se publiquen pronto. Para finalizar, Cowan nos deja con su visión sobre esta iniciativa y el futuro del proyecto:
La ciencia avanza lentamente; se invierte mucho tiempo en establecer las bases del estudio y mostrar las pruebas del progreso. Pensamos que el trabajo con las células madre podría conducir al descubrimiento de nuevos fármacos y terapias, y ahora está empezando a dar sus frutos.
Fuente | Harvard Stem Cell Institute