Saturno es famoso en todo el sistema solar por sus anillos, y como buenos envidiosos que somos los terrícolas también queremos unos para presumir por el espacio. Pero, ¿qué supondría eso para nuestro planeta?

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En la red es fácil encontrar muchas imágenes modificadas que nos muestran cómo se verían estos anillos en diferentes partes del mundo, pero no responden a nuestra pregunta. Menos mal que gente de ciencia se ha encontrado con la misma pregunta, como Phil Plait de Bad Astronomy. Y como suele ocurrir siempre que se pregunta a alguien de ciencias, la respuesta suele ser “los humanos estaríamos fastidiados”.

Para empezar, es perfectamente posible que la Tierra reciba anillos, con un impacto lo suficientemente fuerte en su superficie o en la Luna que generaría rocas y polvo que quedarían atrapados por la gravedad de la Tierra; al fin y al cabo, es probable que en algún momento de su formación nuestro planeta tuviese esos anillos y que estos acabasen formando la Luna (la teoría del Gran Impacto).

Una Tierra diferente

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El problema es que no se verían como en las imágenes. Para empezar las partículas de hielo no estarían presentes por la cercanía al sol, por lo que los anillos serían solo de roca, que sería visible solo en determinados momentos del día con la iluminación correcta, pero al menos serían un espectáculo por la noche cuando la luz se refleje en ellos como en la Luna. Además, sería imposible replicar la misma estructura de anillos de Saturno ya que esta depende de muchos factores (como la gravedad de sus lunas y el material que recibe de ellas).

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A cambio de poder verlos de vez en cuando, los anillos nos afectarían notablemente. Las zonas que tapasen serían mas oscuras y frías y eso afectaría a las plantas y animales que tendrían que adaptarse. Para los humanos, probablemente lo peor que nos pasaría sería que sabríamos menos del espacio exterior. Incluso el mero hecho de mirar al espacio sería difícil, ya que la bóveda celeste estaría tapada en buena parte.

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Además, los anillos pasarían por el ecuador, justo la zona mas propicia para hacer lanzamientos de naves y satélites espaciales. No tendríamos mas remedio que lanzarlos con órbita polar, que en la actualidad solo se usa para estudios meteorológicos o para satélites espía. Las comunicaciones no serían las que tenemos ahora y la humanidad retrocedería varias décadas. De repente la imagen de la Tierra con anillos ya no parece tan bonita.