¿Tu pareja sufre depresión?, ¿Qué puedes hacer al respecto?
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Aunque no son todos los casos, si hay muchas parejas en las que el deterioro de la relación viene dado por problemas individuales de una de las partes, que se proyectan o que se reflejan en la relación. Frecuentemente es un trastorno mental (ansiedad, fobias, celos patológicos, etc…) el que está detonando los problemas. Hoy vamos a hablar de un problema psicológico que suele camuflarse muy bien pero que deteriora mucho la relación de pareja: La depresión. Os daremos pistas para poder reconocer los signos de que la pareja está deprimida y las claves para poder ayudarle/a.
El circulo vicioso de la depresión en pareja
Aunque los problemas de pareja pueden aumentar los síntomas depresivos estos no suelen ser la causa única, la depresión es de causa multifactorial (patrones de pensamiento, hábitos, alteraciones neurobiológicas, factores de riesgo, eventos estresantes, problemas sociales, etc…), no viene causada por un único evento, no te culpes pues no sirve de nada y lo más frecuente es un efecto bola:
Estoy deprimido–> desatiendo la pareja–> la relación empeora –> me deprimo más, o al revés;
La pareja va mal –> aumenta mi depresión –> empeora más la relación.
La idea es que da igual el origen, lo importante es interrumpir el patrón. El patrón se interrumpe ofreciendo ayuda y tratamiento a la persona deprimida y educando a la pareja para saber cómo manejar la situación. Además de esta forma se trabaja también la mejora de la relación.
Síntomas de depresión en la pareja
- Le cuesta concentrarse en las conversaciones.
- Siempre está cansado/a o no quiere hacer nada.
- Se muestra más indeciso/a.
- Cada vez está más irritable.
- Esta más distante o quiere estar más tiempo solo/a.
- Disfruta menos o nada las actividades que antes le gustaban.
- Sientes que ya no conecta contigo (a nivel emocional por ejemplo).
- No sonríe ni se ríe y evita el contacto ocular.
- En ocasiones es como si no estuviera ahí contigo. Está como ausente.
- Se frustra rápidamente, se muestra resentido/a.
- Ha perdido interés en el sexo.
- Su apetito ha cambiado.
- A menudo parece triste o le/a ves llorando.
- Muestra cambios en los patrones de sueño.
- Muestra cambios de peso.
Como veis estos síntomas se parecen mucho a los que muestra una persona que ya no está enamorada o no tiene interés en la relación. Y esta suele ser la conclusión a la que llega la otra parte de la pareja. Si bien podría ser el caso, hay síntomas decisivos como el comportamiento con otros (no solo la pareja), los cambios de hábitos, la tristeza y la desesperanza, el retraimiento social, el cansancio, etc… que nos darán la clave de que hay algo más y no es desinterés o desamor lo que estamos viviendo.
¿Cómo ayudar a tu pareja?
- No esperes a que las cosas empeoren. Cuanto antes se aborde el problema mejor. La depresión no desaparecerá por si sola.
- Habla con él/ella. Muéstrale tu preocupación desde el afecto, que esta cambiado/a, no actúa como él/ella mismo/a. Pregúntale cómo se siente o qué le ocurre (es muy frecuente que no vayan a querer hablar del tema). Dile que estarás ahí cuando esté preparado para hablar, que no está solo/a, que le/a quieres y que quieres ayudarle/a a estar mejor. Que no tiene porqué ser siempre así, que las cosas pueden mejorar. Que le/a apoyas y vas a estar a su lado pase lo que pase. Que hay gente que puede ayudarle/a. Ofrécete a acompañarle si va al psicólogo.
- Escucha de verdad. Cuando hable contigo no le interrumpas ni critiques, no intentes ofrecer una solución o quitarle importancia a lo que cuenta. El positivismo automático tampoco ayuda. Déjale que se desahogue, que hable lo que quiera. Escucha sin juzgar, sin hacerle mil preguntas. Respeta su ritmo. Escúchale poniéndote en su lugar, de forma empática. Procura que tu lenguaje corporal sea amigable y cálido, asiente con la cabeza, refleja que le escuchas y que le sigues. Para iniciar la conversación se puede empezar con ¿Hay algo que te preocupe, que te de vueltas en la cabeza? ¿Quieres hablar de algo? Estoy aquí para ayudarte y escucharte, para que no tengas que pasar por eso solo. Por eso somos una pareja y te quiero.
- Estate abierto/a al feedback. Puede que parte del problema sea contigo, que quiera más espacio o que algo que haces le molesta. Estate abierto/a a ello y házselo saber, que también quieres oír eso, para poder cambiarlo y ayudarle.
- Muéstrale tu amor. Sí, un poco más de lo normal, pero nada que sea extremadamente extraño. Escríbele durante el día, déjale una notita, haz alguna tarea de la casa que sabes que odia hacer, se más cariñoso (si la persona está receptiva a ello, hay depresivos que lo evitan), dile lo que te gusta de él/ella, lo mucho que le quieres.
- Recuerda que uno no sale de la depresión de un día para otro. No le/a culpes por sentirse así o no mejorar, eso solo empeorará la situación. La depresión es curable pero lleva su tiempo, uno no se cura en dos días. Cada persona lleva su ritmo. No te frustres ni le/a culpes. Entiende que él/ella tampoco quiere estar así y no eligió sentirse así. Recuerda que es la depresión la que se comporta de esa manera y la que tiene esos pensamientos. Enfócalo desde el punto de vista de una enfermedad. Intenta no tomarte las cosas a modo personal y tener mucha paciencia.
- Apóyale durante la recuperación. Si la depresión está afectando a la pareja, esta se puede incluir en el tratamiento, haciéndola partícipe de las tareas y los aspectos a trabajar y educándola para saber cómo ayudar a su pareja. Pero recuerda (y acepta) que tu no le puedes curar.
- Busca información al respecto. Cuanto más sepas de la depresión mejor entenderás lo que ocurre. Libros, artículos, grupos de apoyo, busca información que te ayude a entender lo que le ocurre a tu pareja.
- No te dejes a ti de lado. Debes apoyar a tu pareja, sí, pero no es tu trabajo curarle. Mantén unos límites sanos, no dejes de lado tu salud para mejorar el bienestar del otro. Estar con una persona depresiva es muy demandante y agotador emocionalmente. Cuídate y ten tiempo para ti. No dejes de lado tu vida. “Contagiarte” de su depresión no va a ayudaros a ninguno de los dos.
- Tomate el suicidio en serio. Si el tema sale no lo ignores, ya os hablamos de los mitos del suicidio y uno de ellos es que hablar del tema lo hace más probable, sin duda es al contrario. Hazle preguntas para saber el grado de riesgo: ¿Tiene un plan concreto?, ¿Ha pensado cómo lo haría?, nunca le dejes solo si hay riesgo de suicidio. Si es necesario debes contactar con los servicios de urgencias o llevarle tú mismo al hospital para que se evalúe su riesgo (esto es necesario si hay plan, intención y medios). Otros signos a observar es por ejemplo si se ha despedido de gente o donado sus cosas o si después de un tiempo muy triste de repente está más animado sin motivo.
Fuente: PsychCentral, Reader’s Digest.