Energía ilimitada o el fin del problema energético mundial
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El problema energético es, a día de hoy un tema de futuro, pero no por ello es menos preocupante. Las predicciones dicen que en 50 años nos quedaremos sin petróleo, nuestra principal fuente de energía en el día a día, por lo que se hace necesario buscar fuentes alternativas. En la actualidad las energías renovables (solar, eólica, hidroeléctrica…) están en auge, pero siguen presentando problemas y su rentabilidad actual está en entredicho. ¿Existe la solución perfecta?
En estos tiempos que corren parece haber consenso en torno a las energías “limpias” o renovables como apuesta para el futuro. Pero incluso estas formas de obtener energía tienen sus detractores por motivos diversos. En general los principales motivos son el cambio del paisaje (y sus efectos en dichos ecosistemas) y la baja rentabilidad actual frente al resto de fuentes de energía. Pero en lo que todos podemos estar de acuerdo es el hecho de que los combustibles fósiles no son la solución ni a medio ni a largo plazo.
La fuente de energía perfecta*
Otro punto en el que todos podemos estar de acuerdo (dueños de petroleras a parte) es cómo querríamos que fuera la energía del futuro. Para empezar, tiene que ser barata, lo que implica eficiencia o materia prima de fácil acceso; pero también debe ser no contaminante, segura y tener un impacto nulo en la naturaleza y sus habitantes (entre los que debemos incluirnos). Quizás todo esto sea pedir demasiado, pero si no somos excesivamente estrictos con los criterios puede que exista una fuente de energía perfecta.
Personalmente la primera fuente de energía que me viene a la cabeza con estos criterios de perfección es la energía nuclear de fisión, la del Uranio. Es una energía relativamente barata y muy eficiente (1kg de Uranio posee más energía que 3.000.000kg de carbón). Además una central nuclear tiene escaso impacto medioambiental, ya que tan solo emite vapor de agua a la atmósfera y sus residuos se pueden tratar, controlar e incluso utilizar como fuente de energía térmica. Una maravilla, ¿no creen?
El problema de la energía nuclear actual (de fisión) es el peligro que tiene en caso de fallo. Mientras todo marche según lo previsto una central nuclear es mucho más limpia que una de combustible fósil; sin embargo, cuando se da el raro caso de un fallo en los elementos de seguridad las consecuencias son devastadoras. Y para muestra un botón, o mejor dicho el caso de Chernobyl. Cierto es que las centrales nucleares son cada vez más seguras y que probablemente el problema de Fukushima hubiera sido peor de haberse producido en una refinería de petróleo; pero el riesgo existe y es algo que no debemos tolerar en nuestra energía perfecta, al menos no a largo plazo.
El Hidrógeno, la solución energética definitiva
Existe, sin embargo, otro tipo de combustible que aúna las ventajas del Uranio y los escasos riesgos de las energías renovables y que además es el elemento más abundante en el Universo: el Hidrógeno. Aún no hemos conseguido una forma eficiente de comercializar la energía mediante la fusión de átomos de Hidrógeno, pero las previsiones son alentadoras y la recompensa en caso de conseguirse (la energía ilimitada, limpia y barata) hacen del Hidrógeno el combustible del futuro.
El proceso de obtención de energía a partir de Hidrógeno es justo el contrario al del Uranio. En lugar de romper un átomo pesado en varios más pequeños, lo que se hace es colisionar isótopos de Hidrógeno para conseguir Helio. Este proceso libera una cantidad de energía tan grande que tan solo bastarían 25gramos de Hidrógeno para proveer de energía a toda una familia durante una vida completa. De hecho, nuestra principal fuente de energía renovable, el Sol, obtiene toda su energía de este tipo de procesos.
¿De dónde sacamos el Hidrógeno? Buena pregunta, y la respuesta es de cualquier parte. El Hidrógeno está presente en casi todos los compuestos químicos que conocemos y representa el 99% de la materia conocida del universo. Es más, con la cantidad de Hidrógeno presente en el agua de la Tierra podríamos alimentar a toda la raza humana durante aproximadamente 17.000.000.000años ¡más tiempo del que lleva existiendo el universo! Quizás no sea la forma más razonable de obtener el combustible, pero da una idea de lo fácil que es obtener energía de algo tan común.
La cruda realidad sobre la energía procedente del Hidrógeno
Es cierto que ele Hidrógeno es muy prometedor como fuente de energía, pero aún estamos lejos de poder usarlo de forma rentable. Hace apenas 2 años se consiguió por primera vez una reacción energéticamente favorable; esto es que se obtuvo más energía de la que se empleó para generar la fusión, aunque no mucha (menos del 1%). Existen varios métodos para producir la fusión: confinamiento láser, confinamiento magnético mediante tokamak… pero todas ellas aún tienen mucho camino por recorrer. En Europa el proyecto puntero se llama ITER y sus previsiones hablan de poder comercializar la energía dentro de al menos 70 años.
Luego además existen problemas añadidos como el de los intereses ocultos. Los dueños de las empresas petrolíferas y de explotación de combustibles fósiles no tienen ningún interés en desarrollar fuentes de energía alternativas. Sin embargo, es de esperar que cuando el petróleo comience a escasear sean ellos mismos los que inviertan grandes cantidades de dinero en Hidrógeno para mantener su estatus dominante; siempre y cuando las colaboraciones internacionales no hayan tenido éxito por entonces.
En definitiva, el problema energético es importante y de difícil solución a corto y medio plazo. Sin embargo a día de hoy sabemos cuál es el camino a seguir y aunque se recorra muy lentamente, todo parece indicar que llegaremos a buen puerto, algún día.