ldsd nasa 1

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Tecnología

El platillo volante de la NASA para conquistar Marte

El LDSL es el platillo volante de la NASA que le permitirá conquistar Marte con la posibilidad de llevar mucha más carga, gracias a su sistema de frenado.

1 abril, 2015 10:35

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Los OVNIs ya forman parte de la cultura popular, así que no es de extrañar que el nuevo platillo volante de la NASA se inspire en ella.

Se llama LDSL (Low-Density Supersonic Decelerator), y puede ser la clave para las próximas misiones a Marte. Se trata de un sistema que permite aterrizajes suaves de grandes cargas en planetas rocosos.

La clave del proyecto está en aprovechar la resistencia aerodinámica (o “drag”)para frenar el aparato en vez de tener que usar grandes cohetes u otros sistemas complejos como los usados en el aterrizaje de la sonda Curiosity.

Así consigue aterrizar el platillo volante de la NASA

Para conseguir frenar lo máximo posible el LDSL cuenta con tres sistemas de drag: primero se activan dos “desaceleradores” similares a globos de 8 y 6 metros de diámetro, que reducen la velocidad de Mach 3.5 a Mach 2 o incluso menos. A continuación se activa un enorme paracaídas de 30.5 metros de diámetro que reducirá la velocidad a menos de Mach 1.

ldsd nasa 2

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La forma del LDSL, con sus 4.5 metros de diámetro, no es casualidad, ya que también ofrece mucho drag; es el concepto contrario al de un cohete o transbordador espacial que necesita poca resistencia aerodinámica para gastar menos combustible en el despegue, sólo que en este caso el ahorro se produce en el aterrizaje.

Todo esto permite además aterrizajes a alturas de 2 a 3 km mayores (cuanto menos tarde en frenar, más alto podrá aterrizar), lo que permitirá investigar formaciones montañosas; además la precisión del aterrizaje actual, con un margen de unos 10 kilómetros, también se mejorará hasta unos 3 kilómetros. Apuntar a un lugar concreto de aterrizaje es muy difícil pero el LDSL permitirá ser más precisos.

El LDSL ya ha “sufrido” varias pruebas, entre ellas pruebas de reentrada y algunas en las que se han roto paracaídas a propósito para prepararse en caso de problemas. Ayer se hizo una prueba más, dedicada a comprobar la rotación que sufrirá este platillo volante de la NASA cuando se produzca el aterrizaje de verdad en las misiones que se esperan para el 2020.