La selfie ha evolucionado: el brazo selfie es la demostración de que aunque estés sin compañía el resto del mundo no tiene porqué saberlo.

Por ahora se trata de un concepto, pero conociendo a la industria actual podemos apostar a que más pronto que tarde lo veremos en las tiendas.

Como su nombre indica, el brazo selfie se trata de un brazo falso al que acoplamos nuestro smartphone al final, de tal manera que cuando hacemos la foto parece que ha sido tomada por la persona que nos acompaña.

El brazo selfie, para esos viajes solitarios

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Una selfie ya tiene un punto de incomodidad asociado, ya que implica que no hemos podido encontrar a nadie que nos haga una foto y no tenemos más remedio que hacerla por nuestra cuenta, pero esto lleva el grado de incomodidad al límite.

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En ese sentido, puede que esta evolución de la selfie sea inevitable; de hecho, lo raro es que no haya salido de Japón sino que sea un invento de los diseñadores Aric Snee y Justin Crowe.

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Inicialmente idearon el brazo selfie como una sátira del mundo actual, en el que pretendemos tener amigos a través de las redes sociales aunque en realidad estemos solos.

Aunque nadie duda que pronto alguien lo copiará y lo encontraremos en las tiendas; al fin y al cabo, en Internet podemos encontrar otras partes del cuerpo humano, a cada cual más rara.