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La paradoja de la inquietud en los niños con TDAH: ¿Buena o mala?

17 mayo, 2015 12:11

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La inquietud suele tomarse como uno de los síntomas estrellas en los niños con Trastorno de Déficit de Atención e Hiperactividad (más conocido como TDAH). De hecho, muchos niños son erróneamente diagnosticados de TDAH por exceso de inquietud, cuando en el fondo el hecho de ser un niño implica tener mayor nivel de inquietud que ser un adulto, aunque parece que no lo tenemos claro. Sin embargo, aunque es visto como un síntoma “negativo”, ¿es posible que esta inquietud ayude a los niños con TDAH a estar más concentrados? Un reciente estudio a cargo de Dustir Sarver y su equipo del Centro Médico de la Universidad de Mississippi opina que sí.

La inquietud, una ayuda para los niños con TDAH

Según este nuevo estudio, publicado en el Journal of Abnormal Child Psychology, la inquietud podría ayudar a aumentar el estado de una persona, pero sólo si dicha persona padece TDAH. En caso contrario, es decir, si no se tiene TDAH, la inquietud ocasionaría precisamente el efecto contrario y provocaría la disminución del rendimiento cognitivo.

A esta curiosa conclusión llegaron Sarver y sus colegas tras examinar a 29 niños de entre 8 y 12 años diagnosticados de TDAH, junto a 23 niños sin TDAH. Se pidió a estos niños que completasen una serie de tareas cognitivas, como recordar un conjunto de números por ejemplo. Y añadiendo un “obstáculo” al asunto: Las tareas cognitivas debían resolverse estando sentados en una silla de oficina giratoria.

Como podréis imaginar, los niños con TDAH se movían continuamente y giraban la silla mientras realizaban el experimento, y precisamente esto hizo mejorar su puntuación en las tareas cognitivas. Sin embargo, los niños sin TDAH que también se divirtieron con la silla obtuvieron resultados peores en estas pruebas.

Así lo comenta Dustin Sarver, autor principal del estudio:

“Creemos que parte de la razón es que cuando se están moviendo más, los niños con TDAH están aumentando su estado de alerta”.

Actualmente la teoría vigente acerca del TDAH dice que hay una desincronización a nivel cerebral, y por eso se dan estimulantes como tratamiento (como los famosos derivados anfetamínicos). Sarver cree que estos movimientos físicos leves, más conocidos como “inquietud”, producen precisamente este efecto estimulante en el sistema nervioso y acaban mejorando el rendimiento cognitivo.

Aún es pronto para dar por hecho el estudio

De todas formas, como bien comentan en Psych Central, el estudio aún es bastante pequeño (menos de 50 participantes en total), y generalizar sus resultados sería autoengañarnos. Pero si dichos resultados pudiesen confirmarse, sería una interesante explicación alternativa para este comportamiento donde predomina la inquietud en los individuos con TDAH, cosa que no sería un simple síntoma sino una forma por parte del cerebro para compensar el trastorno.

Así pues, por lo visto, eso de obligar a los pequeños a que se estén quietos solo tendría sentido en aquellos sin TDAH, porque en caso de tenerlo podríamos estar evitando esta compensación cerebral, e incluso ser perjudicial para ellos. Por su parte, el estudio solo se realizó en niños y no en adultos, cosa que debería tenerse en cuenta para futuras investigaciones.

Vía | Psych Central.

Fuente | Journal of Abnormal Child Psychology.