Mirando fuera de la galaxia gracias a los neutrinos espaciales
De los neutrinos ya hemos hablado mucho por aquí, hasta el punto de contaros las posibles aplicaciones en el mundo de las telecomunicaciones proporcionándonos la comunicación perfecta sin problemas de cobertura. Pero de lo que no hemos hablado tanto es de los neutrinos espaciales. Estos neutrinos son los que emiten los cuerpos celestiales. Además estos neutrinos son una de las mejores fuentes de información que podemos tener en la Tierra, o al menos en teoría.
Lo neutrinos espaciales tienen grandes ventajas sobre a la luz y otros tipos de partículas que no llegan a la Tierra, gracias a que no interaccionan con casi nada. Los neutrinos espaciales y no espaciales tan solo interaccionan mediante fuerza débil (ya os imagináis el efecto que puede tener si se llama débil) y mediante gravedad, que tampoco tienen un efecto notable en ellas porque tienen poca masa. De esta formas los neutrinos son capaces de atravesar el universo de lado a lado sin apenas frenarse, viajando casi a la velocidad de la luz.
El (grave) problema de los neutrinos espaciales
Esta cualidad de la que acabamos de hablar de no sufrir apenas interacciones, es también el mayor problema de los neutrinos espaciales, ya que los hace prácticamente indetectables. Típicamente las partículas (incluídas las de luz) se detectan frenandolas en algun tipo de material y observando la cantidad de energía que pierde y donde la pierde. Con los neutrinos esto se puede hacer, pero solo se consigue ver uno de cada chorrocientos neutrinos espaciales. No importa cuándo de grande creáis que es “chorrocientos“, es probablemente más grande.
Y el problema se combate con hielo y la Tierra
La forma típica de combatir este problema de los neutrinos espaciales es poner mucho material muy denso y esperar, y así será hasta que a alguien se le ocurra algo mejor (si es que algo mejor existe). Así por ejemplo tenemos el superkamiokande que podéis ver debajo, que utiliza agua para frenar y ver los neutrinos; agua muy pura conectada a fotodetectores y que actúa como amplificador de la señal. En otros experiementos utilizan la Tierra como “masa grande” que filtra los neutrinos espaciales.
Por ejemplos los centros de estudio situados en los polos funcionan en invierno utilizando la Tierra como escudo para la radiación solar y buscando señales de neutrinos en el hielo casi puro de los casquetes polares. De esta forma tan rara se pueden encontrar y distinguir neutrinos muy energéticos y estudiarlos para saber su procedencia. En concreto han publicado un estudio recientemente en el que han detectado trazas de un gran acelerador fuera de nuestra galaxia.
Un gran acelerador es un cuerpo natural que mediante fuerzas gravitatorias es capaz de acelerar partículas incluso muy por encima de lo que puede hacer nuestro tan amado LHC o cualquier otro acelerador construido por el hombre. Estos objetos suelen ser cuerpos masivos y no siempre son detectables con los telescopios tradicionales, ahí es donde los neutrinos espaciales entran en juego. Detectando partículas indetectables, somos capaces de ver cuerpos invisibles; alucinante, ¿no?