Cuando la realidad y la realidad virtual son imposibles de distinguir
Trata de sincronizar tus sensaciones para confiar plenamente en lo que ven tus ojos, ese parece ser el plan Wild, la realidad virtual más real.
27 agosto, 2015 22:30Noticias relacionadas
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Trata de sincronizar tus sensaciones para confiar plenamente en lo que ven tus ojos, ese parece ser el plan Wild, la realidad virtual más real.
La realidad virtual es una de esas tecnologías que jamás dejarán de estar de moda. Vuelve una y otra vez en forma de chapa dejándonos la miel en los labios cada varios años, prometiendo nuevas experiencias a cada cual más anecdótica…
Sin embargo, esta última iteración viene más fuerte que nunca gracias al apoyo de visores como Oculus Rift, o el Project Morpheus de Sony. El último ejemplo lo tenemos en Wild, una experiencia que combina la realidad virtual con elementos de la vida real. Equipados con el ya clásico set compuesto por gafas y auriculares, Wild propone dar un paso más allá incluyendo objetos y sensaciones reales sincronizadas.
La realidad virtual más real es carne de startup
La propia startup ha montado una demo de 10 minutos en sus oficinas valiéndose de dos habitaciones comunicadas entre sí por una puerta, y varios elementos como interruptores, objetos cotidianos y ventanas al exterior. Todo el conjunto está diseñado para que el usuario sienta la versión virtual con sus propias manos, de esta manera, nuestro tacto, olfato y gusto pueden sentir lo que nuestros oídos y ojos perciben, creando de esta manera una realidad virtual sorprendentemente auténtica.
Para llevar a cabo esta realidad se utilizan una buena cantidad de sensores que recogen cientos de datos, como dónde está el usuario y qué está haciendo en cada momento. Varios sensores como Kinect ayudan a posicionar al sujeto, mientras otros tantos colocados en los objetos se encargan de registrar todo movimiento realizado con los mismos, tanto desplazamientos como rotaciones. Pero no todo es tan fácil como poner a funcionar los sensores, pues uno de los mayores retos a los que se enfrenta Wild es adaptar la realidad a las características físicas de cada usuario, o solventar el verdadero problema de la realidad virtual, algo en lo que sin duda ya están trabajando.
Think Wild
Comer palomitas reales que van dejando un rastro de arcoíris mientras saltan haciéndose en un bol, o sentir el viento de una tormenta que nosotros mismos hemos activado mediante un interruptor, son ejemplos de lo que la realidad virtual de Wild ofrece actualmente en su demo. Si bien pueden llegar a parecer algo simples, tan solo imaginad lo que se podría llegar a simular en una especie de parque de atracciones virtual…