La ciencia detrás de la borrachera

Seguro que si os paráis a pensar en vuestro grupo de amigos todos tenéis al típico que se bebe hasta el agua de los floreros y sigue como si nada, el que entra en modo borrachera con olerlo, el que es mejor quitarle el móvil por lo que pueda pasar, el que exalta la amistad sobre todas las cosas, al que le gustan todas, el que tiene océanos en lugar de lagunas, el llorón y el violento. Eso es así, no a todos nos afecta el alcohol de la misma manera y, aunque está claro que el sexo, el peso, lo que se haya comido previamente o, simplemente, “la costumbre” influyen bastante en ello, pero existen algunos factores biológicos más allá de todo eso.

¿Por qué unos aguantan más que otros y los asiáticos siempre se emborrachan los primeros?

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Ciertamente, en toda película estándar de adolescentes rebosantes de estereotipos el chaval asiático siempre es el que se pilla las mayores borracheras. Esto realmente tiene una base fisiológica, cuya protagonista es la aldehído deshidrogenasa. Cuando ingerimos alcohol, el etanol es transformado en acetaldehído y éste  en ácido acético, con la ayuda de la aldehído deshidrogenasa. El problema cuando esta enzima se encuentra disminuida, es que el acetaldehído, que es muy tóxico, se acumula, produciéndose el enrojecimiento del que hablamos anteriormente en otro post y, además, haciendo que la borrachera empiece antes y que se produzcan algunos desajustes peligrosos.

Aunque la mutación que causa esta deficiencia enzimática se da principalmente a lo largo del continente asiático, se produce también en muchas personas por el resto del mundo, así que podría ser que el amigo que siempre se emborracha pronto la tenga.

¿Por qué algunas personas se vuelven violentas cuando beben?

Un estudio reciente ha demostrado que los finlandeses que muestran este tipo de comportamiento después de beber unas copas de más poseen una mutación en el gen receptor de la serotonina 2B, causa por la cual además también poseen problemas de autocontrol y propensión a la depresión (la serotonina es un neurotransmisor asociado a los estados de ánimo, por lo que también podría ser la causante del amigo llorón). De momento sólo se ha encontrado la mutación en finlandeses, pero no debemos descartar que pueda haber otras mutaciones similares que causen esta reacción en personas pertenecientes a otras zonas geográficas.

¿Por qué mandamos mensajes de los que luego nos arrepentimos?

Unas personas los hacen con más asiduidad y otras más de tarde en tarde, pero es cierto que casi todos hemos caído alguna vez en el desacierto de mandar un mensaje de móvil del que nos arrepentiríamos al día siguiente. De hecho, un buen amigo es ese que te esconde el teléfono cuando observa que el número de copas empieza a ser peligroso. ¿A qué se debe esto?

Pues principalmente se debe a la misma causa por la que aquel dicho de que “los borrachos y los niños siempre dicen la verdad” es totalmente cierto. Y es que según el profesor Bruce Bartolow, de la Universidad de Missouri, el alcohol afecta la señal de alarma que produce nuestro cerebro cuando estamos haciendo algo que normalmente consideraríamos un error. Comprobó esto a través de un experimento en el que sesenta y siete individuos se dividían en tres grupos: uno que bebió alcohol, otro que no y otro que tomó un placebo. Todos ellos fueron desafiados a usar un programa de ordenador prediseñado para cometer errores.

Se comprobó que los que habían bebido alcohol no parecían darle importancia a los errores cometidos, aunque eran conscientes de que los demás también se equivocaban. Se concluye así que cuando bebemos alcohol sabemos que hacemos cosas inapropiadas, pero realmente no nos importa.

¿A qué se deben las lagunas en una borrachera?

Si hay algo desagradable después de una borrachera es no tener ni idea de lo que hiciste la noche anterior. Tus amigos, además, lo saben y aprovechan para inventar un sinfín de cosas que, por supuesto, no hiciste, aunque no lo puedes asegurar. Esto se debe a que el alcohol interfiere sobre una serie de receptores del hipocampo encargados de transmitir glutamato; cuya función, a su vez, es de transmitir señales entre neuronas. Esta falta de comunicación interrumpe la potenciación a largo término, responsable de procesos de aprendizaje y memoria.

En conclusión, seáis del tipo que seáis, está claro que el alcohol no pasa por nadie sin dejar huella, por lo que es mejor consumirlo con moderación. Vuestra salud os lo agradecerá. Y vuestros amigos, vuestras ex parejas, vuestra dignidad…

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Fuentes: Elite Daily Agencia Sinc Hablando de ciencia Gizmodo