Desmontando mitos: El sangrado de las perras NO es la menstruación
“Yo prefiero un perro, que las hembras pueden acabar teniendo crías y, encima, cuando están con la regla, lo ponen todo perdido”. Ésta es una frase muy típica, pero lo que poca gente sabe al afirmarlo es que, en realidad, las perras no tienen la menstruación. No, no estoy de broma. Es cierto que sangran, pero no por lo mismo que sangramos nosotras. Las verdaderas causas os las cuento en este artículo.
¿Qué es la menstruación?
Antes de afirmar tajantemente que las perras no tienen menstruación es importante dejar claro cuál es su definición. Se trata del proceso por el cual, después de que el óvulo expulsado durante la ovulación no sea fecundado; el endometrio (tejido que recubre el útero), que había crecido para albergar al embrión, se descama, dando lugar a un sangrado que se libera a través de la vagina.
El ciclo estral
Las perras, al igual que las hembras de otros mamíferos, siguen el conocido como ciclo estral; que, al contrario de lo ocurrido con el ciclo menstrual, se presenta por estaciones, no por meses. Sigue cuatro etapas, regidas por diferentes hormonas. La primera, llamada proestro, indica el inicio del celo y en ella se produce un incremento considerable de la concentración de estrógenos, que son los responsables del sangrado que confundimos con la menstruación. Se debe a que estas hormonas favorecen un mayor aporte de sangre al aparato genital de la hembra, dando lugar a una dilatación de los vasos de esta zona, que sangran sin existir rotura. Como veis, no hay descamación del endometrio; que, como hemos visto, forma parte de la definición de menstruación que os expliqué anteriormente. Así que no, las perras no menstrúan. De todos modos, este sangrado a veces ni siquiera llega a ocurrir y, cuando lo hace, no tiene por qué ser muy abundante, por lo que no debería ser una causa decisiva a la hora de elegir tener un perro en lugar de una perra.
Es curioso la de cosas que nos parecen súper obvias sin serlo, ¿eh? La naturaleza está llena de ellas.
Imágenes: salud.com Universidad de Córdoba